Tras haber efectuado en el territorio de la Isla Baja una preciosa ruta de senderismo entre el barrio costero de Las Aguas de San Juan de La Rambla y el barranco de Ruiz, llegamos de regreso a las Aguas a eso de las 13h y el gusanillo nos recordó que era la hora de comer.
Vimos un restaurante en un promontorio que tenia buena pinta, con unas bonitas terrazas frente al mar y nos dijimos que ese iba a ser nuestro lugar elegido, además nos habían dicho que preparaban buenos arroces.
Pudimos elegir la mesa que quisimos en su terraza descubierta, pues la cubierta ya estaba completa. Las mesas estaban bien vestidas con manteles rojos sobre manteles blancos, lo que hacia que se viesen desde lejos. vajilla y cubertería normales , copas adecuadas. El servicio de sala es amable y agradable pero es un poco lento. El servicio del vino se limitó al descorche y a una primera cata. La carta de vinos no es muy extensa.
No existen menús, por lo que comimos a la carta, 2 personas.
Para empezar y sin pedirlo aunque luego nos lo cobraron nos trajeron Un cesto de pan y una esfera compuesta de tiras de mantequilla La verdad es que la mantequilla estaba riquísima y su degustación nos permitió esperar tranquilamente hasta el primer plato.
De primero compartimos Fritos a la andaluza un plato compuesto de churros de pescado, de calamares, de croquetas, y de gambas rebozadas. Acceptable, el rebozado era demasiado espeso.
De segundo, hubiésemos querido tomar una cazuela de mariscos, pero no fue posible porque habían terminado las almejas. Así que decidimos tomar una Cazuela de arroz con costra con la idea de degustar un arroz con costra como los que se sirven en Cataluña y Valencia, pero cual seria nuestra sorpresa cuando vimos que la costra no era mas que un huevo batido pasado al horno, con cinco mejillones superpuestos y colocada encima del arroz con algunas gambas y para nuestro gusto demasiado hecho e insípido.
De postre compartimos un Quesillo con nata El quesillo, no tiene nada que ver con el queso, es una especie de flan hecho con leche de vaca y leche condensada. Bueno.
Para beber tomamos una botella de un viejo conocido de nuestros viajes a Lanzarote, un malvasia seco El Grifo Malvasia Colección DO Lanzarote 2015 White dry wine Bodegas El Grifo, cepajes Malvasia volcánica 100%. Vino muy sabroso, fresco y ligero que deja un postgusto muy agradable en boca que hizo olvidar muchas cosas
Finalizamos con dos cafés frente al mar.
La cuenta ascendió a 22,32 €/ persona. Buena RCP. Cocina marinera típica de la zona , elaborada con productos frescos. Aunque parece que su especialidad son los arroces, yo no escogería el de costra, a menos de ser un amante de las "tortillas de arroz". Si se hace la pequeña ruta de senderismo que nace y muere al pie de este restaurante, y si hay hambre, puede merecerse una visita. Nosotros desde luego no volveremos, porque nos quedan aun muchos restaurantes por descubrir en Tenerife.