Restaurante Barra/M en Madrid
Restaurante Barra/M
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
-
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de Barra/M
OPINIONES
2

Después de reservar en un céntrico restaurante y comprobar in situ que está totalmente cerrado en agosto, ¿dónde leches reservaría…? Gracias al comentario anterior de Jose Luis nos acercamos al cercano /M.

El restaurante lleva abierto apenas un mes, y tras una única visita las previsiones de éxito se me antojan más que evidentes: Comida al estilo de puestos callejeros, rápida, informal, con un toque canalla, bien de precio, excelente ubicación, servicio cercano y agradable, local con sensación de limpieza, atrevida decoración, profesionalidad por los cuatro costados y sobre todo con fantásticas (y escasas) propuestas gastronómicas.

La mesa principal, descrita perfectamente por Jose Luis (aunque no tuvimos la sensación de incomodidad que vivió él), cuenta con 3 puestos intermedios para cocinar platos fríos, nos sentamos en torno a la dirigida por Santiago (con experiencia en Quique Dacosta, Las Pedroñeras y otros lugares de su Perú natal, según nos informa a lo largo de la velada). Por lo escueto del menú y desconocimiento de las propuestas, nos ponemos en sus manos (excepto en el “pisco sauer” que es nuestra opción para el maridaje -probaremos de tres tipos distintos, pero con pocas diferencias entre ambos; muy buenos todos-; el restaurante además cuenta con la excelente cerveza “local” CUSQUEÑA).

Santiago elige por nosotros (todos los platos a medias raciones):

- “Ceviche thai” (corvina, aji limo, cilantro, cacahuete, zumo de lima), con unas piezas inusualmente grandes de corvina, excelente producto por otro lado, y con la sensación final de recordar los ceviches saboreados hace 5 años en tierras peruanas. Excelente propuesta y una satisfacción final absoluta.

- “El Aguachile“(corvina, gambas, tomatillo, pepino, lima, cilantro, aguacate y tortilla de maíz). Servido en copa de vino común, y cubierta la copa por una tortilla de maíz con crema de aguacate. Desconocía este plato y me pareció igual de interesante que el anterior, la salsa es más espesa a base de aguacate y sabores cítricos, pero igualmente una muy buena recomendación.

- “Tempura” (shitakes, huevos rotos, jamón serrano frito, soja y hoisin). Igualmente muy bueno. La tempura de los hongos perfecta, la salsa a base de soja riquísima. Se presenta el plato rompiendo un huevo escalfado a baja temperatura. Otra muy buena opción.

- Terminamos con “Lengua” (curry verde, rocoto, coco, lima kaffir, arroz acastañado). En la propia mesa se mezcla el arroz blanco con el estofado preparado. Un plato menor, pero que estaba igualmente muy bueno.

- De postre un espectacular (muy bien presentada) tarta de limón y merengue con rodajas de naranja seca. Bueno sin más.

Auguro a /M mucho recorrido, me gustan y deseo mucho éxito a este tipo de restaurantes (con propuestas modernas, arriesgadas e imaginativas en todos los sentidos), mientras disfrutaremos de una cocina peruana de calidad en un ambiente abierto, informal y agradable.

Primera visita a este local, propiedad del grupo Tiradito, y que a diferencia de la casa madre, ofrece una cocina mas sencilla, mas informal, mas callejera, ... Esa es la única diferencia, las propuestas son sabrosas y muy bien elaboradas, lastima que la carta sea breve, lo cual hace que, salvo que varíen la carta, con dos o tres visitas, la dejas agotada.

Curioso local, a lo largo, exteriormente tiene un ancho equivalente al tamaño del hueco de la puerta y poco mas, luego al entrar, ves que la anchura se amplia algo, pero no en exceso.

Unas mesas redondas engarzadas pensadas para grupos es lo primero que te encuentras al entrar junto con la recepción, una vez pasas esa zona, te encuentras una mesa comunal, de forma rectangular con un ligero zig-zag en el centro, muy larga, con taburetes en todos los lados, de inox, limpia y brillante, que presenta pros y contras. Una vez pasada esta mesa comunal, otro grupo de mesas redondas engarzadas, los aseos y la zona de cocina caliente.

Vamos con los pros y contras, emho, de la mesa comunal.

Entre los pros, la sensación de limpieza, y el tener intercalados en la misma barra, dos puestos de elaboración de la cocina fría, que permiten interactuar con los cocineros en vivo y en directo, es la mayor integración que he visto nunca de la cocina con el comensal. Comparten la mesa contigo.

Entre las contras, salvo en los lados del rectángulo de la mesa, el mostrador desciende hasta el suelo casi el linea recta, con lo cual, o echas hacia atrás el taburete, o tienes las piernas cortas o comes de lado. Extender las piernas no es tarea fácil. Las articulaciones se pueden resentir; no disponen de ningún gancho o percha para dejar bolsos, ropa, etc. Así lo hicimos saber y se nos informa que es la queja que están recibiendo de la mayor parte de los clientes y que están buscando alguna solución.

Como estábamos en familia, nos aposentamos en el lado corto al fondo de la mesa, y aunque estábamos, eso, al fondo, pues parodiando a Gongora: "Ande yo, con las piernas estiradas y ríase la gente" . Desde esa posición privilegiada, dominaba toda la mesa y pude ver a los clientes a mi izquierda, con el taburete echado hacia atrás, apenas sentados en el borde del taburete, y a los clientes de mi derecha, directamente sentados de lado.

Una vez hablando del local vamos al lío.

Sala muy bien atendida, gente maja y muy dispuesta, ademas con la posibilidad de contacto directo con los cocineros, la sala gana enteros.

Como decía una carta corta, bien estructurada y con propuestas interesantes y explorables para futuras visitas. Algunas propuestas se pueden pedir por ración entera, media e incluso por piezas. Carta de bebidas del mundo, piscos, micheladas, mojitos, etc.

Nos despachamos con unos piscos, uno con Wasabi y otro con frutos rojos, y con unas cervezas Barbarian (artesanal peruana)

- Choritos (mejillones). Sabrosos, picantitos, ricos, ricos. Se pueden pedir por piezas.

- Bao criollo. Con su panceta, con su ají amarillo, con su salsa barbacoa, con su bao tierno, nada chicloso. De los mejorcitos que hemos disfrutado recientemente. Jugoso y recomendable. Se pueden pedir por piezas.

- Ceviche thai. La principal diferencia es que lleva coco disuelto en la leche de tigre, aportando un toque de sabor muy interesante. Buenos trozos de corvina e igualmente interesante la aportación del cacahuete. Buen plato.

- Lomo saltado. Muy muy bueno. Algunas diferencias respecto al elaborado por otros lugares de cocina similar, aquí la patata no va frita e incorpora trozos de plátano que contribuye a un toque dulzón. Carne de buena calidad.

- Tallarin Chow Fun. Ejemplo de plato de cocina chifa, sabroso y contundente. A medio camino entre los tallarines saltados y el chow mein. Ración abundante y repetible.

- Tres leches de chocolate. Postre con buen sabor pero contundente, aunque como en tantas ocasiones, no hay quorum.

Como resumen, es un lugar repetible y recomendable, tiene una cocina de calidad, es una propuesta muy interesante, que puede dar mucho juego a esa zona capitalina. Lastima de la incomodidad de la mesa, a pesar de que como idea es muy válida, pero el que la diseñó no lo hizo pensando demasiado en la comodidad de los clientes.

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