El Sacha malagueño

Local pequeño y céntrico con terraza, en una calle peatonal muy cerquita de la catedral de Málaga.

Carta corta de cocina disfrutona, ideal para compartir, de esas que te apetece pedir todos los platos.

Para abrir boca unos ricos boquerones en vinagre con patatas chips y unas sabrosas ortiguillas rebozadas.

Continuamos con un plato compuesto: tuétano asado con carpaccio de quisquillas. Se coge una oblea, se pone encima una cucharadita de tuétano y otra de carpacio y para dentro. El toque graso de la médula combina de maravilla con el frescor de la quisquilla. Para repetir.

Terminamos con una tortilla de txangurro, que consiste en una tortilla poco cuajada con cebolla, y el interior del crustáceo preparado a la donostiarra por encima. Una brutalidad.

No hubo hueco para el postre. Para beber un Botani, moscatel seco fresquito de la Serranía malagueña.

Ojo que se llena, mejor reservar. Precio muy correcto, unos 40 euros por barba. Un imprescindible en Málaga, la cocina nos recordó mucho a Sacha. Sin duda, volveremos.

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