La metamorfosis...
... hasta el bello jardín.

Si nos subiemos en el DeLorean vemos que hace un par de años estuve aquí. Ya se comía bien, era un buen lugar.
Su evolución en este tiempo me resulta alucinante. Asi, sin medias tintas.

¿Os acordáis que decía que el vino pues que vale? Pues ahora tienen una excelente carta de vinos canarios. Te bien recomiendan, te cuentan, te explican, sugieren...

Ahora tienen dos menus, uno corto y otro más largo. Vamos a por el largo. Es una sucesión de platos, sencillamente, sobresalientes. Ojocuidao que no he dicho notables. He dicho sobresalientes. A cada bocado excelente le sucede un mejor. En más de una ocasión se te abren los ojos como al dos de oros y coges aire.

Algunos recuerdos... Trucha de conejo. El salmonete, que resulta profundo, firme y, a la vez, delicado. Gamba blanca. La croqueta ¡ay la croqueta! El carabinero. El queso artesano. Muy ricos también los postres. Especialmente uno con un toque picante.

... y todo ello vinculado con Canarias. Te comes y te bebes las islas sin salir de Madrid.

Mención aun más especial al servicio. Gente amable, cercana, que te explican todo sin agobiar, pero si preguntas se extienden en información. Llevan bien el ritmo y todo un equilibrio sobresaliente en los platos que constan de dos pasos.

Sip, sin duda una preciosa metamorfosis y una de mis mejores comidas del año.

Nota: El desglose es un poco tal que así: Menú largo 80 EUR, botella de Artífice 28 EUR, copa de Sabro Gual 5,2 EUR, agua 7,5 EUR y café solo 1,8 EUR

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