Buena comida pero deben mejorar la parte líquida

Segunda vez que visito este famoso restaurante vegetariano (la última hace ya 6 años), ahora a petición de mi novia que le hacía gracia probar uno. Llegamos un martes de agosto un poquito antes de las 14h y ningún problema para conseguir mesa a pesar de no tener reserva. El local es muy amplio con varios comedores. En las mesas, AOVE y vinagre de calidad. Nos sitúan primero en una pero al cabo de un minuto nos dicen si nos importa movernos a otra. Ningún problema pero sí que es un pequeño fallo. Tampoco da muchos puntos el tener las mesas tan cerca, la verdad es que está todo muy apretado, no te sientes cómodo. 

Hay varios menús combinando entrante, principal y postre. Escogimos el que lleva todo que sale por 14.45 eur con IVA. Vuelvo a opinar lo mismo que en el 2013: un menú de mediodía tiene que incluir bebida, aunque sea agua. Y el precio de la misma no es barato. 1.95 eur por medio litro de agua desionizada (que considero que habría de ser gratis o incluida en el menú) que no se puede comparar con la mineral. Y 3.50 eur por una copa de vino muy discreto (servido eso sí a buena temperatura) me parece excesivo. Le he aprobado la relación calidad/precio esta vez porque tenía el día bueno...

Pero hablemos de las cosas positivas: la comida vale mucho la pena porque no solamente es sana sino que está bien presentada y con variedad para escoger (2 entrantes, 5 primeros y 3 postres) aunque eso sí, es la misma toda la semana. Para empezar los dos tomamos una crema fría de espárragos verdes con rabanitos. Muy suave y sabrosa a la vez, la textura también de notable. Como principal yo me decidí por unos pastelitos de berenjena y ajos tiernos con velouté de puerros. De forma circular, la cantidad era más que correcta y muy ricos de sabor con una salsita verde por encima. Mi pareja tomó arroz integral con setas. También buena cantidad, no me gustó tanto (no estoy acostumbrado al integral) aunque las setas lo mejoraban.

De postre mi novia tomó un vegan Sacher que estaba riquísimo con frutos del bosque por encima. Ni te enterabas que era vegano, un postre de notable alto. Yo una especie de batido servido en una copa estrecha. De melocotón con yogur de soja y praliné de almendras... no llego a apreciar todos los sabores pero me gustó: tipo sopa fría (se tomaba con cuchara que por cierto era demasiado grande para la copita...) y con trocitos de almendra que combinaban muy bien.

En resumen, comida vegetariana que no lo parece, un lugar al que acercarse de vez en cuando. Vuelvo a reiterar que pagar casi 20 eur me parece un poquito excesivo al ser menú de mediodía pero me imagino que tienen éxito y se lo pueden permitir. También es cierto que tiene mucho personal y que está en el centro. Otro detalle a valorar es lo estructurado de la carta dejando bien claro si un plato es de verduras, legumbre, pasta... Lo healthy está de moda. 

  • Crema fría de espárragos con rabanitos

    Crema fría de espárragos con rabanitos

  • Pastelitos de berenjenas y ajos tiernos con velouté de puerros

    Pastelitos de berenjenas y ajos tiernos con velouté de puerros

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