El lugar es agradable, el jefe de sala-Sumiller, se encargo de todo, muy

El lugar es agradable, el jefe de sala-Sumiller, se encargo de todo, muy flojo y sin saber estar es una pena, el servicio de sala algo inexperto pero solo con las ganas de hacerlo bien y la simpatía suplían cualquier defecto, el menú gastronomico bien en general pero con grandes altibajos, el servicio del vino muy mal, no ofreció el suyo, requiebro que pasa sin pena ni gloria y lo cambiamos por un mágnum Quercus, servido por nosotros ya que quedamos olvidados, esperaba mas, esta muy lejos de poderse comparar a las rejas o el bohío.
Luego lo mejor es tomarse un gintonic en la terraza del bar de abajo.

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