Acto final (o casi) de la “V Quedada Maña”, organizada magistralmente por Juan Antonio Calvo, alias Toño, alias Ar(p)tista.

Los pocos valientes que aguantamos después de la maratoniana jornada, que se inició con una brutal Cata vertical integral de El Nido, prosiguió con la gran comilona del Saboya 21, se prolongó con una visita guiada por el casco histórico de Tarazona, a la que le sucedieron unas copas, y tras ellas un tapeo por el centro… terminamos en este bar-restaurante Caserón II.

- “¿Nos sentamos a cenar algo?” preguntó alguien…
- “Vale, os llevó a un sitio que vais a flipar” contestó Toño
- “Yo en el coche siempre llevo algo de burbujitas” dijo HerrDirektor
- “Y nosotros tenemos en el maletero 3 añadas de nuestro tinto Acediano” añadieron los del frente burgalés.

Pues dicho y hecho. Entramos en el Caserón 2 a unas horas un tanto intempestivas, pero enseguida ellos nos juntaron dos mesas en la zona de bar, que ya estaba vacía, y nos prepararon bien el tema.

Nos sacaron dos cosas sencillas pero no por ello menos delicadas:

• Unas “lubinas al Orio” de morirse. Todos coincidimos en el magnífico género, el perfecto punto de cocción y el maravilloso aliño.

• Y unas “costillicas y chuleticas de ternasco lechal” -del “corral de ahí al lado” nos dijo Toño- que estaban de rechupete, tiernas como el agua. Aquí, pese a lo excelso de la vianda, hubo un interesante debate el que nos enfrentamos los pro – lechazos churros frente a los pro – ternascos lechales. Me quedo con la frase de uno de los burgaleses, burgalés de pro, mientras se relamía con el palico de la costilla: “Yo he probado en mi pueblo carne peor que esta”… Debates a parte: estaba de miedo. Y no te quiero contar las patatas paja y los pimientos que las acompañaban.

Y como habíamos bebido poco, abrimos boca con el champagne aportado por Elseñordelosrieslins, HerrDirektor (André Clouet Silver, qué bien nos sentó, el cuerpo pedía burbujitas), para dar paso a otra mini vertical, esta vez de Acediano (añadas 2009, 2010 y 2011), aportados por sus elaboradores, los foreros burgaleses Raultb y Enava. VINAZOS!!!

Soberbia y entrañable cena. Un placer escuchar y participar en las conversaciones que surgieron (¿adivinan de qué trataron?... una pista, es líquido, procede de la uva…) y en el mencionado debate.

Pero aquí no terminó la cosa, pues aún quedamos cuatro románticos valientes que acometimos con ganas algún que otro gintonic bien puesto por la zona de marcha de esta inagotable city…

P.D.:1 Entre el grupo de valientes mencionado… no, no estaba Pablo Iñigo. Paaaaaaaaaaaabloooo...
P.D.2: Se dice, se cuenta, se rumorea, que los burgaleses todavía andan copeando por los garitos de Tarazona… ¿Alguien sabe algo de ellos?

Veo que la anterior nota de este restaurante es de 2004, y en esencia, el restaurante no ha cambiado, si por lo que veo en las formas y detalles. Excelente cocina de materia prima, sin pretensiones de cocina complicada o elaborada. Exaltación del producto
Degustamos unos entrantes a base de Alcachofas Naturales rebozadas con Ajetes Fritos (fantásticas alcachofas) y unas Pochas Naturales (no estaban especialmente brillantes).
De segundo mi amigo se pidio un Rodaballo que estaba muy bueno y a mi me prepararon habiendo avisado con tiempo una Paletilla de Lechal con patatas que estaba sencillamente extraordinaria. Como son amigos del que me llevaba nos abrimos llevandolo nosotros una botella de La Viña de Corteo (de El Nido) que estaba de muerte. No tomamos postres porque habíamos comido demasiado, si cafés.
No debería de valorar calidad/precio porque fui invitado pero vi la carta y me parece adecuada y comedida. Las copas eran normales, ni maravillosas pero si presentables para cualquier vino de la carta. Gente amable y sencilla. Por cierto en la barra se puede picar y comer raciones genial, hace poco estuve también comiendo unas costillitas de ternasco que las bordan.
Un sitio agradable para ir a comer en Tarazona

Correcto local, sin concesiones al lujo, pero suficiente. Estupenda comida casera, elaborada con la excelente materia prima que presentan los productos de la tierra y sin pretensiones de modernidad. Carta de vinos con poca variedad, básicamente de la tierra y a precios que en algunos casos superan tda x 2. Copas chungas y servicio de cafetería. Estupendo lugar para comer muy bien, sin pretensiones y sin esperar un trato excesivo al vino. 20€ sin vino.