Bonito local. Decoración entre clásica y rústica. Iluminación cálida algo justa. Al fondo del comedor está la parrilla donde preparan a la vista los platos a la brasa. Mesas bastante juntas. Servicio atento y algo despistado. Buen menaje. Copas Riedel. Carta muy tradicional con algunos primeros con algo más de imaginación. Carta de vinos con referencias exclusivamente de Bodega Sanstravé, que comparte propietario con este restaurante. Los vinos, a PVP más unos 7 euros de recargo. Los precios de las cartas no incluyen el IVA. Copas Riedel.
Aperitivos de yuca frita (tristes).
Primeros para compartir:
- Huevos de corral con foie, patatas fritas y trufa (15,66€) - Muy sabroso.
- Caracoles a la llauna con allioli (15,66€) - Aceitosos. Salsa de color verde y textura gelatinosa. Raro, raro,...
- Setas gratinadas (12,42€) - Insípidas.
Segundos:
- Conejo a la brasa con allioli (14,04€) - Un cuarto de un conejo bastante raquítico y muy seco, con trozos chamuscados. La salsa, la misma que la de los caracoles, tardó unos 10 minutos en llegar de manos de otra camarera, a quien tuvimos que recordar que el plato llevaba el allioli "de serie". Guarnición a base de la misma yuca del aperitivo, perejil rebozado (nunca antes lo había visto) y patata asada.
- Variado de butifarras (12,96€) - Un trozo de unos 10 cm. de butifarra blanca, un trozo de unos 8 cm. de butifarra negra y un trozo de unos 13 cm. de chistorra, con algo de verde, incluyendo el perejil rebozado. A mi hija se le quedó una cara... Me dio la sensación que eran los restos de las calçotadas.
- Mediana de Nebraska a la brasa (27,-€) - Me pareció que era babilla. Sabrosa y en su punto. Guarnición también bastante pobre.
- Cordero a la brasa con patatas fritas (14,04€) - 2 chuletitas y 2 costillas. Correcto.
Postres:
- Buñuelos de chocolate con helado de coco (8,10€) - Faltos de chocolate, pobres de sabor.
- Mil hojas con crema de la abuela (8,10€) - Nada especial.
2 botellas de agua de 1 l. (2,70€/ud.), una botella de Crepuscle 2009 (34,56€), un cortado (2,27€) y 4 de pan (1,62€/ud.) de ese que nadie pide.
Sinceramente, me ha parecido un restaurante carísimo para lo que dan. Raciones rozando lo minimalista en algunos casos. Platos muy sencillos con guarniciones tristes y escasas. Los postres, con precios (todos a 8,10€) fuera de lugar. Si le añadimos que Bodega Sanstravé no es una bodega que destaque, no puedo más que sorprenderme de que estuviese lleno y felicitar al restaurante por conseguir que la gente vuelva. Yo no lo haré.