Tradición y entorno

Bodegas Campos. Tradición desde 1908, y enclave. Desde un punto de vista de negocio, cuando una “casa” lleva operando más de 100 años, tiene que ser por algo. Hay que respetar estos negocios de restauración centenarios.

Parte de la estancia está decorada con barricas donde los “famosos” han firmado dejando su dedicatoria. La tiza eterna como recuerdo de experiencias culinarias. Entre las que me han llamado la atención, la del torero Juan José Padilla por la siguiente cita “El sufrimiento es parte de la Gloria, y gracias a esta reunión en Bodegas Campos la he revivido” (8-5-2012).

Como no, salmorejo, pura cremosidad con un mayor sabor a tomate que en otros degustados.
Seguimos con unas habitas baby con huevo frito, jamón y cebolla. Finura, y jugosidad provocada por la cebolla bien pochadita.

Procedemos con unas albóndigas de ibérico, salsa muy sabrosa, pero la carne estaba aderezada con ajo en especia que no es lo mío, ya que deja un fuerte sabor en boca.

Pero encontraríamos a continuación, un plato que nos ha encantado, que estaba directamente para hacerle una reverencia, un señor arroz de rabo de toro. Textura, suavidad, punto, sabor, de verdad para no parar; en definitiva uno de los bocados de estas vacaciones.
En el apartado dulce, un rico hojaldre con crema y frutas del bosque y un flojo helado de naranja con aceite de oliva, más que helado era granizado por su cantidad de hielo.

Decidimos volver a Bodegas Campos haciendo una segunda visita. Repetiríamos con el afamado salmorejo

Además degustaríamos; para acabar con la cata una berenjena fritas, esta vez cortadas en la forma de la verdura y algo apaisadas.
Realmente espectaculares. Una ensalada de tomate raf de verdadera categoría, que subiría de nivel si se sirviera menos frío.

Por otra parte, entre los integrantes de la mesa, se compartirían ciertos platos principales . En primer lugar un flamenquín de presa ibérico y jamón; correcto y jugoso, pero creo que ganaría con un jamón de mayor calidad que no aportara un regusto final algo ahumado. Solomillo del Valle de los Pedroches con patata panadera gustoso, con un punto rosáceo adecuado; puro producto sin más. Finalmente unas manitas de cerdo rellenas de foie, servidas deshuesadas, el relleno algo irregular, y les faltaba algo de potencia de su propia gelatina. No alcanzamos con estos platos, el nivel del arroz del primer día.

Destacan tanto el entorno como la RCP; sin duda un sitio a visitar en Córdoba. Carta de vinos tremendamente escueta.

Puedes ver el post que repasa tres tabernas de Córdoba...
http://www.complicidadgastronomica.es/2013/04/cordoba-tradicion-tabernaria/

  1. #1

    lsierrar

    Estoy completamente de acuerdo contigo: Este tipo de locales forman parte de un rico patrimonio que hay que mantener, no solo por "bonito", sino por lo que aporta gastronómicamente hablando.

    En un local del que no podemos olvidarnos en casa. Muy bueno.

    Saludos y gracias

  2. #2

    Isaac Agüero

    en respuesta a lsierrar
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    Gracias Luis, estamos de acuerdo, respeto por los años y por lo aportado a la ciudad, tanto gastronomicamente como socialmente

  3. #3

    G-M.

    Uffff!
    Ese arrocito... ¿quedaba seco, meloso o caldoso?

  4. #4

    Isaac Agüero

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Miralo en el blog, desde mi punto de vista sin dudarlo meloso

  5. #5

    Mtejido2000

    Vaya color que tiene el arrocito, se intuye cremosidad y potencia a partes iguales; si señor!

    Un saludo, Manuel.

  6. #6

    G-M.

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Meloso, meloso.

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