Gadhus city boom

No duró su aventura en Rocafort lo suficiente como para que aquel halo de postín decadente se metiera en nuestra piel. La entrada misma era de una lindeza sin igual, digna de otra época.

El concepto, la pauta, eso no cambia. Ahora se da en un local moderno, funcional... donde las mesas ya no visten igual, pero está todo en consonancia para competir y combatir con cualquiera que se preste en la zona.

Alfonso y su equipo han venido para meter ruido, a poco que se ejerza el boca a boca, ni el glamour del mercado de Colón puede que lo frene. Probablemente estemos ante la mejor relación calidad precio posible.

He podido comprobar el incremento de clientes de una semana a otra en las dos visitas que le llevo hechas a mediodía, cosa que confirma tal convencimiento.

Se les ve en pleno rodaje aún, se está engranando todo. Mr. Preocupación tendrá que delegar, no podrá llegar a todo. Hay más espacio, se forman alturas, por lo que hay más mesas, y no se puede dividir. ¿O si? Hay quien dice haberlo visto en Malkebien al mismo tiempo ;-) El caso es que ahora se le observa corretear tomando comandas, dando explicaciones aquí y allá.

A esas horas trabajan básicamente de lunes a viernes con un par de menús; uno de dos entrantes y principal más postre por 15 €. y otro al que añade un arroz por 18 € siendo el habitual. Incluyen bebida, pan y café.

Menú Gadhus

- Causa con tartar de langostinos, crema de aguacate y mayonesa de lima.

- Estofado de setas y pato con huevo pochado y crema trufada de patata.

- Arroz de pulpo y verduritas.

- Bacalao en salsa verde.

- Tarta de cuajada, trufa de chocolate y bizcocho de limón con piña colada.

Para beber, una cerveza previa antes del par de copas de un, como no, portugués blanco Vinha Paz 2014, de refrescante y elegante mineralidad.

Todos los platos perfectamente presentados, algunos coloristas, como la causa limeña, efecto potenciado por la vajilla de la ceramista Karine Pascual. Buenos fondos, como esa cazuelita de setas y pato con el huevo, o el propio arroz, en el que el pulpo es salteado en el wok previamente para imprimir mayor sabor. Y perfecta cocción del bacalao, más sencillo en elaboración que otras veces pero con la calidad de siempre. Bueno el postre también, un poco de todo para satisfacer, con una cuajada equilibrada a la que los enamorados de este postre exigimos mayor sabor, siendo conscientes por otra parte de que para la mayoría va mejor así.

En fin, que me pilla muy cerca, sobre todo del curro, y que para los capitalinos ha sido toda una bendición. Ahora toca pensar en el almuerzo, que ya he visto algún bocadillo o sandwich de Richi y seguro tienen su punto.

Bienvenidos al centro.