Restaurante Navaja en Madrid
Restaurante Navaja
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Vino por copas:
Precio desde:
29,25 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
31 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Estofado norteño emplatado por un servidor.
Comedor.
La discretísima entrada. Tanto, que ni siquiera tiene cartel.
Opiniones de Navaja
OPINIONES
2

He de reconocer que, sin la recomendación de José, no hubiésemos entrado nunca. Más que nada porque ni siquiera tiene un cartel en la entrada. Y tampoco es que la entrada invite a abrir la puerta... Pero también esta vez las apariencias engañan.

El local dispone de una entrada con mesas altas y una barra al fondo más un comedor más bien pequeño al que se accede por un pasillo anejo a la barra y la cocina. Decoración a medias entre el rastro y un contenedor para muebles viejos. Ambiente... ¿hipster? Mesas de tamaño correcto. ¿Sillas?... No, taburetes. Menos mal que también hay unos bancos con respaldo, porque tengo la espalda fatal. Separación entre mesas justita, de modo que tuve que mover la mesa para meter mis piernas. Sin manteles, servilletas de papel. Buen menaje. Cristalería sencilla. Servicio muy atento y de trato familiar. Nos sorprendió que nos explicasen la carta plato por plato, sin duda debido a que fuimos de los primeros en llegar. A los pocos minutos el local empezó a llenarse hasta los topes. Carta con mezcla de cocina nikkei y asiática con productos gallegos. Presentaciones muy cuidadas en general. Carta de vinos escueta pero con referencias inusuales en restauración, al menos en los locales que yo conozco. Servicio consistente en apertura y primer llenado. Precios por debajo de x2.

Como Jose ya ha explicado la carta, paso a detallar los platos que tomamos. Empezamos con unos buenos pimientos de Padrón asados con totopos como amuse-bouche. Pedimos:

- Ostra da pedra (3,50€) - Ostra edulis gallega al natural con mayonesa japonesa y salsa ponzu. Deliciosa. El toque ácido y herbáceo me pareció un buen complemento al sabor marino de la ostra.
- Navaja nikkei (3,-€) - Navaja cocida a baja temperatura acompañada con polvo de cacahuete, tapioca hidratada, habanero, jengibre encurtido, cebolla china ahumada, leche de tigre chifera (leche de tigre y ponzu) y crujiente de tirabeque. Muy buena.
- Mejillón de batea (4,-€) - 4 mejillones muy sabrosos. La descripción de los anteriores platos los he sacado de la página web del restaurante porque, sinceramente, no recuerdo la prolija explicación que nos dio la camarera.
- Arroz del mar (15,-€) - Delicioso, salvo por las tiras de color verde oscuro, que estaban duras y chiclosas.
- Estofado norteño (14,-€) - Estofado de carne de ternera con zanahorias baby y patatas baby cocidas con piel presentado en una pequella olla. Acompañada de un bol de arroz largo con choclo. Es estofado lo encontré delicioso. El arroz estaba glutinoso y no le encontré más explicación que el alargar el estofado.

Ni nos pusieron pan ni nos lo ofrecieron.

No tomé postre porque no me convencieron ninguna de las tres opciones, ya que todas consistían en postres más bien ácidos o con queso. Mi mujer tomó:

- Cremoso de lemongrass (6,-€) - Una panacota insípida sobre una crema de lemongrass muy ácida, cuatro frutas del bosque como acompañamiento y unas hojitas de menta encima de la panacota como decoración. No me gustó ni el sabor de los ingredientes por separado, ni el conjunto, ni las hojitas de menta. Pero a mi mujer le gustó mucho.

Para beber, una botella de agua de 1 l. (2,50€) y una botella de Benito Santos godello 2014 (16,-€) servida a buena temperatura y con cubitera.

En general, muy bien. Me gustó mucho el servicio, la comida y su presentación, aunque el ambiente me resultó un tanto extraño. Igual ya no tengo edad...

El precio corresponde a lo que tomé yo.

  • Estofado norteño emplatado por un servidor.

    Estofado norteño emplatado por un servidor.

  • Comedor.

    Comedor.

  • La discretísima entrada. Tanto, que ni siquiera tiene cartel.

    La discretísima entrada. Tanto, que ni siquiera tiene cartel.

Enga, la versión corta:
Para volver. Hay detalles, positivos, que pasan casi inadvertidos, pero que hay que tenerlos muy en cuenta. A mi, desde luego, se me gana con esas cosillas.

Enga, la versión larga:
Otro de esos locales que tenía apuntados para visitar cuando tocara dar tumbos por los madriles. Cocina modernuqui en barrio trending-topic, osea, ouyeah.

Carta comedida, escueta, si me apuras; como uno come de todo, pues todo viene bien :-) Hay cuatro entrantes, otros cuantos "primeros" y otros cuantos "segundos". Creo que no hay postre. Vale, tampoco me hace falta.

Vamos allá, que tras caminar toda la mañana tenía algo de hambre. De entrantes sardina y mejillones. Los otros dos eran navaja y ostra. No me apetecía la primera y soy alérgico a la segunda. La sardina rebozada en panko y con un par de salsas.

Hagamos aquí una primera pausa. El rebozado uniforme e impecable, sin gota de grasa, y dentro una sardina jugosa. Esto, señores, no es cuestión baladí. Apuntemos este detalle que no es cualquier cosa. Porque ¿cuántos rebozos grasientos e interiores secos hemos trasegado a estas alturas?

Las salsas de acompamiento... pues tuvimos un malentendido y no entendí que eran salsas para mojetear la sardina. Es un ligero desajuste en el servicio. Nada grave, en absoluto, y fácil de remediar.

Los mejillones con un aderezo muy refrescante servidos sobre una bandejita llena de hielo pilé. Otro apunte de esos detalles mencionados. ¿Cuántas veces nos tropezamos con mejillones que no están "desenganchados" de su concha? Yo el 99.99% de las ocasiones. Ya estaba preparado para ello y... ¡sorpresa! Ya estaban preparados. ¿Qué es esto? Sensatez y preocupación por que el cliente no tenga complicaciones al comer.

"De primero" escogí un tiradito de corvina con ají amarillo. Muy bueno. Otro detalle a tener en cuenta: Me preguntaron por el nivel de picante. No por el binario si está bueno o no, si no por algo concreto como el nivel de picante. Eso, de nuevo, es preocupación por el cliente y que el que el plato esté bien les ocupa.

Vamos con el plato principal: Estofado norteño. ¿Del norte de dónde? Pues no sé, todo lugar tiene un norte ¿no? Pero a la mesa trajeron una cacerolita. No, no me refiero a una de esas cacerolitas tipo Le Creuset tan de moda para presentar los platos. Esto era una cacerola de palmo y cuarto de diámetro y más de cinco dedos de alto. Dentro había una carne en salsa en su punto de cocción, con una salsa de lo más hogareña y acompañado de zanahorias baby, guisantes y patatas nuevas. Hogareño, hogareño, hogareño y hogareño.

Más detalles con los que se me gana. Por un malentendido creyeron que no quería nada de beber, sin embargo me trajeron un gran vaso de agua fresquita para que pasara los platos :-) A mi con eso ya me tienen ganao.

Instantes antes de comenzar con los platos me trajeron un aperitivo (pimientos de Padrón y unos nachos servidos dentro de una lata). No lo había pedido. Supuse que era el habitual aperitivo que no pides y te cobran y... no. No fue así. No cobraron este aperitivo.

Trajeron el pan. No pedí pan. Nuevamente supuse que era ese otro habitual de ponerte el pan y cobrarlo. No fue así. Tampoco cobraron el pan. A mi ya con esto mesegana de todastodas.

¿Vino? Pues sí e incluso vino por copas. Tienen poquitos vinos, lo cual es sensato dado que su carta tampoco es larga en absoluto. Les pregunté por los vinos por copas y me dijeron que realmente casi cualquiera que pidiera me lo podían poner por copas. No me apetecía ninguno de los que tenían, pero eso sí, no eran los habituales; sí me pareció que tenían un curioso interés por hacer algo distinto. Los precios, lo habitual, entre x2 y x2,5.

Salí con una sonrisa de oreja a oreja, pero eso no significa que no haya cosas a mejorar. Lo bueno es que es sencillo (creo) de solucionar. Creo que les falta algo de rodaje. Cuando llegué no había nadie, pero en poco tiempo el local se llenó. Hubo algún malentendido con, por ejemplo, la bebida (aunque ya he indicado el detalle de que aun así trajeran agüita fresquita para que no comiera a palo seco y eso es muy a tener en cuenta) o el acompañamiento de la sardina. También con el ritmo. Me resultó extraño que los entrantes llegaran apenas un minuto después que "el primero". No es un problema grave en ningún caso, pero es raro.

El ritmo. Desde mi punto de vista les falta ese rodaje que hace que la cocina vaya a ritmo. Esto hacía que hubiera esperas algo largas y después los platos fueran muy seguidos, con la acumulación de platos en la mesa que conlleva.

Lo dicho, son ligeros problemas que parecen fáciles de resolver con algo más de rodaje, por lo demás, un lugar para volver.

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