Reciente apertura que pueda dar mucho de que hablar.

Primera visita a este establecimiento, abierto hace escasos 6 meses, y que ocupa el lugar donde hasta ese tiempo estaba ubicado El Escaparate, sitio, por aquello del ya iremos, que perdí la ocasión de visitar, a pesar de las buenas opiniones existentes, en especial por los carnívoros.

Pareja de salmantinos al frente del local. Maria y Marcos, que ofrecen una cocina de base tradicional actualizada.

Maria, al frente de la sala, dispuesta, amable, sonriente e incluso cariñosa con la clientela. Se basta y sobra para atender todas las mesas y ello a pesar de que por causa de una baja inesperada, hoy no tenia una ayuda real, mas bien lo contrario. Formada como sumiller y con paso por lugares como Lakasa.

Marcos, al frente de la cocina. Formado en la escuela de Luis Irizar en San Sebastian, y con paso por lugares como El Ermitaño o Goizeko Wellington.

Dos salas, una (que no he visto) mas pensada para grupos, amigos, familia, celebraciones y otra, la digamos "oficial", muy pequeña, decorada en sentido simple pero acogedora, con buena separación entre mesas, pero con el inconveniente de la puerta, si tienes la mala fortuna de topar con comensales que son incapaces de mantener una comida sin salir a fumar entre plato y plato (y lo dice un fumador), te pueden dar la comida. Vaya biruji que entra por la puerta, si a eso unes que, al menos hoy, las mesas de dos estaban colocadas junto a la puerta, pues eso....

Carta de comida breve pero con propuestas que pintan muy bien, si las propuestas no pedidas están igual de bien cocinadas como las degustadas hoy, aquí hay cocina para rato. Ademas, muy bien de precios.

Si la carta de comida es corta, la correspondiente a la bebida lo es mas aún, no hay escrita en papel, sobre una pizarra, con tiza, están escritas las propuestas del día, buenos precios y referencias mas que interesantes. Dudas hasta casi ultimo momento, entre un verdejo Circe y un rosado prieto picudo, Nicte, nos decantamos por este ultimo, en ambos casos a 15,90 €, emho, muy buen precio.

Sabroso aperitivo, una tosta con bacalao con una crema de queso, muy rico.

- Txipis de la Mamá. Afamados txipis, y no les falta razón a todos aquellos que los han alabado. Están muy muy buenos.

- Pulpo con patatas meneás. Expresión salmantina que equivale a las patatas revolconas. Impresionante las patatas, no así el pulpo que estaba pelin duro.

- Solomillo de ciervo con crema de calabaza y soja. Me cuentan que estaba muy bueno, el punto de la carne, excelente y la crema una gozada. Pero me lo cuentan, yo no como a bambi.

- Carrillera de ibérico con parmentier de patata y vino de Toro. Tal como se dice en los medios, pura melosidad, de las mas suaves y melosas que he tomado. Lastima de la falta de temperatura del parmentier, de lo contrario hubiera sido un plato para concurso.

Cerramos con un Cremoso de plátano con su chispa (peta zetas) y helado de violetas. Postre muy fino, elegante, una verdadera gozada.

Cafes con hielo, sin petit four ni chupitos. Pero que mas dá.

A modo de resumen, una cocina de base tradicional, elaborada con mucha finura, sin florituras ni experimentos. Amantes de la cocina fusión o de las mezclas de sabores, absténganse. Aquí se trabaja en la cocina de los sabores, sabores de la cocina tradicional, renovada, bien hecha.

Nos ha convencido y volveremos, lastima que cierre los domingos.

Pd. Su precio natural hubieran sido 85,5 que con la intervención del tenedor, se quedo en 66,15€.