He comido y, sin dudarlo, volvería ahora mismo a cenar.
Ale venga, ya se pueden ir los de la versión corta.
Pues sí, un bar, así se definen y es lo que es. No es un restaurante. ¿O sí? No sé.
Lo suyo son pequeños bocados, pero ahí hay cocina. Muy refrescante la especie de barquita de pepino con tzatziki, queso y especias. Agradabilísimos baozis de nopal. Muy curiosos (y ricos) los macarons de cochinita pibil y mole. Quizá por debajo el postre de tarta de queso ligero con mousse de agüacate.
Servicio muy amable contándote cada plato y respondiendo alguna pregunta. Y ojocuidao, que hacen ellos mismos los macarons y un lugar en el que hacen sus propios macarons son de respeto infinito+1.
En lo que respecta a la bebida tienen cervezas más allá de las estándar (y más allá de las artesanas estándar), lo cual está bien. También tienen vino. Sigh, de verdad, ¿qué hacemos con esto del vino? Tienen algunos vinos por copas, algunos tintos, blancos, rosados... La mayoría carentes de interés y parece una carta hecha sin pensar en los platos. Una carta de vinos porque hay que tenerla, pero no pensada por y para esa comida. Los precios, pues en el habitual absurdo del x2,5. Una (otra) lástima. Se puede subsanar y hay montones de vinos que irían genial con su comida.
En resumen he comido muy bien, por un precio de lo más apañado y volvería a pies juntillas (pese al asunto del vino ;-) )
No hay forma Oscar; no hay forma. Es exasperante el poco interés que tiene la hostelería y las bodegas.
Edito para hacer una aclaración: Mi gruñido en este caso no es por este lugar. Las amables gentes del Bar Pajarita tienen más de un puñado de vinos, uno de estos dispensadores que permiten el tener vinos por copas, de los que tienen cuatro o cinco y uno de ellos de es de El Marco; y también tienen un coperío razonable.
Saludos,
Jose
Quizá estoy siendo injusto con ellos en este apartado. Más si lo ponemos en comparación con infinitos otros de la ciudad. No obstante, si no lo hacemos por comparación, es un fastidio. Desde mi punto de vista no está coordinada la oferta de vinos con su cocina; ni en número, ni en tipo de vinos. Tampoco lo está en precio. De verdad, por mucho que insistan en todos los conceptos el x2 (e incluso más) no tiene sentido alguno. Lo justifiquen como lo quieran justificar y quien quiera hacerlo (de verdad, que yo a estas alturas lo mismo discuto con dios, que con el diablo).
Hay otras formas de vender vino, mucho más dinámicas y a mejores precios. Yo ayer habría bebido vino. Esos vinos y a esos precios, no los bebo; por mucho que me apetezca. Esto redunda en menor gasto por mi parte y menos beneficio para ellos. Esto es, lejos de ganar más, ganan menos.
Saludos,
Jose
Pero miremos el asunto desde otro prisma. Yo, realmente, no pierdo nada. Soy el usuario, el consumidor. El que decide en qué se gasta la leña, cómo, cuándo y dónde. Creo que ya está bien de que, como consumidores, hagamos nuestro, o permitamos que nos traspasen, un problema que no es nuestro realmente.
Señores de hostelería, distribuidores, bodegas y de todo el sector: Tienen un problema de proporciones bíblicas. Solucionenlo o asuman que se hunden en una merecida miseria. ¿No les preocupa? Pues yo, con ellos.
Saludos,
Jose
Sí, si tienes toda la razón del mundo. El problema es que el vino no interesa. Ni al hostelero medio ni al consumidor medio. Si tu pones vino a precio de tienda + 3-4-5 euros que creo que es mejor margen que que la gente pida dos cervezas y yo diría que venderías mucho más vino del que vendes. Pero no interesa.
Que les importe un bledo a las mismas bodegas es algo que clama al cielo. Como comentaba en otro hilo, a las mismas bodegas les importa tan poco que ni les importa cómo se transporta su vino, cómo se recibe, cómo se almacena y a qué precio se vende, cómo se distribuye.
Saludos,
Jose
Hola G-M,
sí había dos o tres espumosos. No me llamaron la atención en sentido alguno, esto es, no soy capaz de recordar cuáles eran.
Quizá lo que más recuerdo la carta ahora mismo es la omnipresencia de López de Haro y sí me llamó la atención la presencia del rosado 'Musculoso'.
Saludos,
Jose
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