Comunión total

Se acercaba la hora de comer tras un paseo la mar de chulo aunque bajo un calor sofocante por la bella ciudad de Úbeda cuando, de repente, topamos con este local en un chaflán. Espera!... creo que he leído algo interesante en Verema sobre este sitio. Comprobación tirando de 4G y... vaaaaamos padentro!

Terraza llena a a pesar de la que caía y... bingo!... un huequecito en el interior, con un par de taburetes altos, más que suficiente para resguardarnos y poder refrescar el gaznate con unas cervecitas mientras decidimos qué pedir. Las pequeñas tostas de morcilla como tapa acompañante junto a unas aceitunas consiguieron el propósito de ponernos tiesas las orejas.

Compartimos un riquísimo Salmorejo tanto por sabor como por textura. Continuamos con unos Tomates Ricos, sencillamente cortados y que hacían honor a su apellido, junto a unas láminas de ajo y aliñados con un magnífico AOVE de varietal picual llamado Castillo de Canena. Qué sabor a... pásmese usted... tomate!!. Ya ganados, nos entregamos a un Tartar de Atún que ponía de manifiesto un excelente producto que ganaba enteros por el magno aderezo del mismo.

Para beber, un par más de cervecitas Cruzcampo.

En el local, de muy reducidas dimensiones, se respira ese ambiente tabernero en el que me encuentro a mis anchas.

Servicio muy amable y profesional aunque algo desbordado en ocasiones.

En resumen, con qué poquito, que es mucho, se concibe la comunión entre restaurador y comensal, sea la misa a la hora que sea. Producto, honestidad y un saber hacer evidente que me dejaron con ganas de profundizar en la oferta que presentaban. Lástima que andábamos de paso.