Reciente visita, van unas cuantas y las que nos quedan, a este clásico establecimiento de Laredo. Creo, hemos comido cuatro veces y siempre estupendo.

Esta vez, Mila, un servidor y tres pequeñajas. Las pequeñas tenían muy claro lo que las apetecía. Peña que no hubiese pulpo, es algo que ni Mila ni yo entendemos; hay almejas con pulpo pero no hay pulpo a la gallega.

Una vez sentados, se acerca el propietario y charlamos un rato con él. Nos comenta que ha preparado unos menús para el fin de semana (a nuestra salida estaba lleno el establecimiento) y que para este fin de semana no tenía ningún grupo o nada claro aún. Se vuelve a la cocina y nos toman nota.

Compartimos lo siguiente:

- Doble ración de rabas, de las buenas. Una ración con sal y otra sin ella. Perfectas.
- Ración, abundante, de jamón. Estaba bueno, como siempre que le hemos pedido.
- Cortesía de la casa nos sacan una generosa ración de croquetas. Había de chorizos, te pasas de buenas, de espinacas, sobresaliente y de jamón, muy buenas.

De segundos. Mila opta por solomillo con foie y salsa de setas. Detalle, es foie y no micuit. En mi caso, otro solomillo con salsa de queso. Ambas raciones abundantes. Las patatas fritas, servidas en una freidora no las probamos, las pequeñajas se apoderaron de ellas.

Como postres. En nuestro caso dos estupendas tartas de queso. Para las pequeñaja, doble bola de helado de chocolate por barba. No dejaron ni los restos.

Culminamos la comida con dos buenos cafés.

Para beber, seis Kas de naranja, coca cola Zero y una botella de agua.

Lo dicho, de las mejores opciones que hay en Laredo.

Reciente visita a esrte establecimiento. No es la pimera vez que le visito pués ya hubo una anterior en invierno. En aquella ocasión comimos de maravilla (un lenguado espectacular).

Bien, estamos en temporada de jibiones y eso hay que explotarlo. Mila se encargó de hacer reserva y preguntar si tendrían. Tuvimos suerte, había 15, de generosas proporciones algunos y otros más chicos.

Ojeamos la carta y decidimos comer lo siguiente:

- Jamón. No soy yo ni de pedir jamón ni de pedir anchoas. ¿Porqué entonces? no lo sé, lo ví y me llamo la atención. Estaba bueno.

-Ensalada templada de langostinos. Mira que no soy muy verdulero cuando como por ahí, pero estaba francamente buena!!

Ahora pasamos al actor principal. Jibiones de guadaña. Recientemente los habiamos comido encebollados, esta vez a la plancha. Decir que estaban espectaculares es quedarse muy, pero que muy corto.

¿Cómo culminar aquí una gran cena? La tarta de queso es magnífica, parece un yogur griego en textura pero tiene un sabor que enamora.

Dos cafés culminaron la cena.

Bebimos agua y coca cola, pero en nuestra anterior visita tenian los champagnes/cavas clásicos y que nunca fallan!!!

Creo recordar que fueron unos 120€ por los dos, pero no estoy muy seguro!