Original presentación de la carta

Estábamos por la zona y, de camino a otro restaurante donde habíamos decidido cenar, nos cruzamos con este local perteneciente a un grupo de restauración y hostelería que habíamos conocido en una feria gastronómica. Después de debatir y casi irnos cuando se nos acercó un camarero con acento extranjero, finalmente entramos, no sin antes preguntar si tenían aire acondicionado. Lo tenían.

Local amplio. Decoración minimalista con predominio de los colores oscuros y botellas llenas de vino a temperatura ambiente por doquier. Supongo que acabarán en la cuenta de algún cliente. Mesas de tamaño más bien escaso y con separación justa. Sin manteles. Servilletas de algo parecido a la tela que fueron deshilachándose cada vez que me limpiaba la boca. Acabé encontrándome hilos a cada bocado. Vajilla de diseño. Menaje correcto. Copas de vino francamente mejorables, por no decir de mercadillo, al menos la de cava y el catavinos donde me sirvieron el vino dulce. Servicio atento y servicial. De hecho, lo mejor del local. Carta distribuida por temperaturas y que no actualizan en su página de internet, por lo que hay algunas discrepancias en los precios y en los platos ofrecidos. Básicamente recetas tradicionales con toques asiáticos y de modernidad en tamaño media ración, bastante escasa en ocasiones. Carta de vinos corta que no encontré interesante en absoluto. A copas sólo me ofrecieron tres vinos, por lo que considero que no tienen oferta de vino a copas digna de mención.

Cena familiar a base de platos para compartir:

- "Nuestras Bravas" (4,50€) - Presentadas en grandes gajos y con piel. Cocidas más que fritas. Salsas insípidas y nada picantes. Decepcionante, especialmente porque la patata en sí estaba buena.

- Las bombas de la "iaia Sole" (3,50€/ud.) - Muy buenas. Rellenas de butifarra negra.

- Tartar de atún rojo (Yellowfin), crema de aguacate, huevas de trucha y pequeños brotes de "shisho" (albahaca japonesa) (9,50€) - Es el bol de diseño de la foto. Sabor intenso a salsa de soja que enmascaraba el resto de ingredientes, incluido el "yellowfin", que es atún claro, no atún rojo.

- Rabas de pollo con crema ligera de curry (6,50€) - Insípidas, tanto las tiras de pollo con el empanado de diseño como el curry desvaído. Le encantaron a mi hijo.

- Papillote de mejillones con caldo "pho" (8,95€) - Bonita presentación. Muy buen sabor, aunque algunos mejillones estaban bastante vacíos. Me encantó el caldo, entre ácido, amargo y salado, a pesar de encontrarlo algo subido de sal. Pedimos unas cucharas para seguir tomándolo cuando acabamos con los mejillones.

- Steak tartar de vaca vieja con crema helada de mostaza antigua (9,50€) - En la carta anuncian que se trata de ternera del Pirineo. Buen sabor. Demasiado picada para mi gusto. Sólo dos tostadas casi transparentes como acompañamiento.

- Los morritos de la Rita con miel de romero (4,50€) - Este plato está en la carta de su página web, pero nos lo ofrecieron en esta ocasión fuera de carta, aunque al mismo precio. Muy finos y crujientes, casi como patatas chips. Estupenda combinación con la miel. Ración de tamaño bastante más grande que la media, que se agradece teniendo en cuenta que nos cobraron un Kg. de morro de cerdo en crudo y nos pusieron una décima parte siendo generosos. Sin la miel, lo ofrecen gratuitamente con una caña de 1 euro en algunos bares andaluces que conozco. Pero esto es Barcelona...

De postre:

- Cheesecake con crema de mango y algo parecido a unas galletas de avellana con nombre germánico (4,50€) - Bueno.

- Mousse de fresa con espuma de chocolate blanco y unas gominolas rojas dulzonas (4,65€) - Bueno.

Además, una bandejita con tres trozos de buen pan (1,50€/ud.) que no pedimos.

Para beber, agua (1,85€/ud.), una copa de cava brut regulín tirando para "¿por qué no habré pedido cerveza?" (3,50€), servido en una copa flauta tipo "Cuéntame", y una copa del único vino dulce que ofrecen a copas: PX Viña 25 (2,30€) servido en un catavinos similar a los de los bares populares andaluces. Ambos servidos sin siquiera enseñar las botellas. Lamentable.

Presentaciones, en general, cuidadas, comida irregular y servicio de vino francamente mejorable. A la salida pregunté si era posible llevar el vino de casa. Me dijeron que sí, pagando 5 euros por el servicio. No está mal.

Recomendado por 3 usuarios

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar