Fecha de visita: 02/02/2018

Cena 5pax.

Precio por persona: 59 euros.

Comida 8.

Entorno: 6,5

Rcp: 7

Servicio: 7

Servicio del vino: 7

Lo mejor: Los zorzales, las alcachofas, la paloma torcaz y el canelón de libre.

Lo peor: Nada especialmente mal.

Viernes noche, 100% de ocupación, reservando con cuatro días de antelación.

Pequeño local con cinco o seis mesas en el restaurante de la planta superior. En la planta a pie de calle local más informal para raciones, pero desconozco si se pueden pedir los mismos platos.

Mesas de tamaño adecuado, correctamente vestidas.

Carta no muy amplia,extremadamente apetecible, difícil elección. Con abundancia de platos de caza, que es a lo que veníamos fundamentalmente.

Probé los siguientes platos

  • Alcachofas confitadas y ahumadas. Servidas enteras, suaves y sabrosísimas. Muy ricas. Plato imprescindible.
  • Molleja de ternera, sobre manitas de cerdo y curry rojo. También muy buenas, aunque eché de menos que las manitas de cerdo tuviera algo más de importancia en el plato. Muy bien.
  • Canelón de liebre, setas y veluté de caza. Buenísimo, otro plato imprescindible. La veluté para no parar de mojar pan.
  • Lasaña de setas. Correcto, el plato que menos brilló de los entrantes a compartir. Las setas me parecieron con poco sabor. Quizás al ser el plato más delicado debería haberse servido antes de los otros más potentes. Solo bien.
  • De segundo plato y fuera de carta, media ración de zorzales guisados. Espectaculares, con un guiso, que si no recuerdo mal era con oloroso y era fantástico. Platazo.
  • También de segundo plato y también fuera de carta, media ración de paloma torcaz. Muy bueno, el ave con un sabor bien potente y una textura aterciopelada.
  • Mi mujer pidió el gamo asado con setas, castañas y membrillo. Carne con un punto perfecto, plena de sabor, pero bien tierna.
  • De postre para mi tarta de queso gamoneu. Riquísima, con un sabor marcadísimo a queso azul,
  • También probé el postre de tres chocolates y me pareció mucho más normalito.

En cuanto a la carta de vinos, no muy amplia, con alguna referencia interesante. Bien. Optamos por un par de botellas de Guimaromencía y otra de Predicador. A mi personalmente me gustó mucho más el Guimaro y pienso que acompañaba mucho mejor a la comida. Con el postre una copita de un medium de jerez, pero no recuerdo el productor.

El servicio atento, aunque quizás demasiado confianzudo, llegando a un punto en el que no sabes si es extremadamente simpático o si se está “quedando contigo”. A nosotros no nos pareció mal, pero puede llegar a no ser bien interpretado. Un buen detalle es que indican el precio de los platos fuera de carta al ofrecerlos. No disponen de jarras de agua y las botellas son pequeñas. El pan se cobra aparte y es bastante sabroso, especialmente el de tomate.

El precio resultó un poco alto, pero es cierto que bebimos tres botellas de vino y pedimos más platos de los que sería “normal”. Se puede decir que 50 por persona sería un precio más normal.

En resumen, en mi opiniónuno de los restaurantes de Madrid que mejor tratan la caza, junto con Arce, Taberna Verdejo y La Buena Vida.

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