Leo con verdadero gusto el comentario anterior y veo, con disgusto, que la recomendación hecha ha sido obviada durante estos 3 años siguientes.
Nuestra visita a este paraíso de la brasa basta tuvo lugar el pasado sábado, previa reserva a las 10 y paso al comedor media hora después. Como éramos bastantes, la brillante idea de la acomodadora fue colocarnos en dos mesas separadas, con dos...
A los diez minutos nos traen los platos, vasos y cubiertos para el autoservicio. Un muchacho nos toma nota de la comanda: los clásicos jibiones, sardinas, ensaladas, rabas, bonito y unos pimientos para abrir boca. Simple, no?
Pues parece que era sábado negro, porque fue una velada desastrosa.
Iremos por partes. De la carta de vinos, la mitad de los que pedimos se habían esfumado (de un total de 14 o 16 de distintas denominaciones). Al final, el rosado de Mtz ALesanco, que curiosamente fue lo mejor de la cena.
Jibiones de tamaño microscópico en bañera de aceite, sardinas destrozadas y alguna medio cruda, rabas francamente mejorables y pimientos... bien para ser chinos.
Alguien echará de menos el juicio del bonito, nosotros también, pues después de haber acabado con todo lo anterior el camarero viene y nos suelta que se les ha acabado el bonito. Vaya ojo, muchacho. Pues lubina. También acabada. Sólo nos queda rodaballo. A la pregunta de si nos respetaria el precio del bonito, puesto que había sido error suyo, el susodicho nos dice que eso ni soñarlo. Aquí acabó la cena. 20 euros por cabeza por cuatro pinchos y tres vinos, literalmente.
Lo que más nos cabreo, aparte de haber visto pasar raciones de bonito a otras mesas que llegaron con posterioridad, fue que al marcharnos los camareros prestaban a cenar... varias ruedas de... bonito, del que ya no habia media hora antes.
El Chili, evidentemente ha pasado a engrosar la larga lista de restaurantes (?)
donde los felinos han cortado el paso a los lepóridos.
A nosotros el Tronky no nos gusta. Hace años era un referente, pero la fama es la fama. A parte tenemos muy buena relación tanto con el dueño, como con los empleados en el Ezquerra.
El Galeón es un sitio que siempre ha estado ahí, pero nunca lo hemos visitado.
La de veces que habré ido al Ezquerra de chaval con mis padres, cuando el donostiarra Fermín Ezquerra llevaba las riendas y las hijas atendían y su hermano estaba en la parrilla. Hablo de unos 15-25 años más o menos. Sardinas, bonito, jargo, todo muy rico a la brasa y sencillito, y otras cosas como almejas y guisos como una marmita muy buena. La última vez que fui en 2002, por ahí se retiró Don Fermín y no he vuelto…
Saludos,
Eugenio.
Bueno, más que la historia (que tampoco me la sé) es un simple comentario de las muchas veces que lo visité en su día, era gente muy maja y donde comía muy bien en su sencillez. Ahora, no sé cómo estará…supongo que bien. En Galeón de Somo el producto es bueno, las raciones bien abundantes y tiene bastante Champagne…
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