Hemos ido un par de veces desde mi última valoración y el tema vino sigue más o menos igual. Además, en la última visita antes de ésta se confundieron y pusieron helado de mostaza en el postre de un amigo. La explicación: el cocinero "titular" no estaba y el "suplente" se equivocó. Sigh!

Esta vez el servicio del vino me pareció surrealista. Empezamos con un champagne de más de 50 € la botella cuyo nombre fue incapaz de memorizar el camarero ni a la primera, ni a la segunda,ni... y que ni siquiera se dignaron darnos a probar antes de servirlo. Eso sí, la cubitera con hielo picado, de lujo.

El segundo vino que pedimos no lo tenían, y ahí empezó el problema. La carta de vinos es bastante corta y apenas hay referencias que me interesen. Después de tres visitas tomando el mismo tinto, quise cambiar por un García Semova. Craso error. Además de que al camarero también le costó memorizar este vino, a pesar de no ser francés, encima no lo tenían. Los dos camareros que nos sirvieron no tenían ni idea de vinos. El dueño, al que conozco y sé que es aficionado al vino, no se acercó a la mesa. No recuerdo si tienen sumiller. En fin, que nos trajeron varias botellas, curiosamente las más caras de la carta (un Rioja y un PSI si no recuerdo mal). Acabamos tomando un vino del bierzo de a 12 € la botella, por el que nos cobraron 26 €. Eso sí, esta vez nos lo dieron a probar antes de servirlo, e incluso me dejaron el corcho encima de la mesa. No sé...

Sumemos unas copas de a 2,-€ la ud. (Summa), un servicio muy poco profesional, una carta con ausencias y precios por encima de x2. Sólo se salva la cubitera del champagne... Y el local está en la zona alta de Barcelona.

La comida, muy bien. Eché en falta alguna guarnición para mis pies de cerdo rellenos, en los que encontré media docena de huesos, el doble de los que suelo encontrarme. Y a todas éstas, el camarero más mayor que no paraba de preguntarnos si estaba todo bien...

Una sugerencia: si celebráis un cumpleaños, llevad la tarta de casa. Nos gustó bastante, pero parecía que la había montado un chavalín de Masterchef el primer día del concurso... Daba penita, pena. Nadie quiso fotografiarla. Y no sé si me la cobraron. En la factura aparece una partida de "Varios Plato" con 5 uds. a 3,50€/ud. Igual es eso... O no. Sobró, pero nadie quiso llevarse lo que quedaba.

Y del vino dulce, mejor me olvido y me tomo la tarta con un refresco.

A mí no creo que vuelvan a verme, ni con tarta ni sin tarta, ni con vino ni sin vino :-(

Desde principios de este año se puede encontrar aquí a Juanjo Rodríguez, ex-cocinero de Codium. Lo que no me ha quedado claro es si han cerrado el DOP de la c/ Amigó.

Amplio salón a la entrada, con mesas a un lado y barra con taburetes al otro, con vistas a la cocina. Al fondo, un salón con media docena de mesas grandes y una terraza interior aún sin amueblar. Nos han comentado que sólo la abrirán a mediodía por respeto al descanso de los vecinos. Decoración minimalista en tonos claros. Mesas de buen tamaño, bien vestidas y, en general, con buena separación entre ellas. Buen menaje y cristalería, aunque las copas de vino podrían mejorarse. No es que sean malas, es que desentonan con el resto. Servicio atento y profesional. Carta con 7 platos para picar (4 de ellos con opción de media ración), media docena de entrantes, un par de arroces (uno de ellos es un arroz seco a la brasa que va cambiando), 4 pescados (uno de ellos, del día), 7 carnes y, en este día, 8 sugerencias más un par de platos cantados fuera de carta. Una media docena de postres con nombres que incitaban y helados de Sandro Desii. Cocina de mercado con toques de autor.

Carta de vinos escasa y con vinos de gama media-baja en general. Un par de dulces con opción también a copas. Precios por debajo de x2. Servicio consistente en apertura, prueba, el vino está caliente, no sirva a mi mujer y traiga una cubitera, pasados dos minutos vuelve la camarera a preguntar, sigue estando caliente, otros dos minutos y vuelve la camarera, sigue caliente, viene el primer plato y sigue caliente pero la camarera me llena la copa, cachis la mar, me acabo el primer plato y parece que el vino va tomando temperatura, sirvo a mi mujer y me confirma que así es, me sirvo yo y el vino caliente de la copa se mezcla con el frío de la botella, resultado: todavía no está a la temperatura que yo quiero, viene el segundo plato, quema y me espero unos minutos, doy un sorbo largo, vino caliente, relleno la copa, ¡por fin!, ya está el vino fresquito... Y escucho como dicen a los comensales de la mesa de al lado que el armario de cristal para el vino que hay en medio del comedor se ha estropeado y que por eso el vino no está a la temperatura que debiera... ¿Y por qué no nos lo han dicho a nosotros...? En fin, al menos me he podido llevar a casa el vino que ha sobrado, aunque con otro tapón :-(

Dos panes a elegir: normal y de olivas, a 2 euros el bollito. Bien para mojar.

Empezamos con un aperitivo gratuito consistente en un chupito de gazpacho de sandía con mejillón en escabeche. Refrescante gazpacho pero ¿qué pinta el mejillón en escabeche?

De primero:

- 1/2 ración de mini croquetas de gallina de corral y jamón ibérico (6,50€) - Mi hijo me ha preguntado por qué eran todas de distinto tamaño. ¡Bendita inocencia! Muy buenas.
- Carpaccio de gamba de Huelva, vinagreta de Jerez, cebolla tierna, zanahoria adobada y helado de pimiento del piquillo (14,50€) - He tardado más en escribir el nombre que mi mujer en comérselo. Muy bueno.
- Canelón de "pato de bellota" con peras, salsa de canela, Pedro Ximénez y su piel crujiente (17,-€) - Para mojar pan, cosa que hemos hecho todos los comensales :-)

De segundo, elegimos todos el arroz del día, hoy tocaba arroz seco a la brasa con verduras y pies de cerdo (18,-€/ración). Presentado en la propia olla de fundición de la marca Bra. Estupendo punto del arroz. Para mi mujer, perfecto. Para mi gusto, le faltaba un pelín de sal. Para mi hijo, otra vez prestará atención cuando le preguntemos qué quiere de segundo. A costado que se lo comiese. Incluso una camarera le ha traído un platito de patatas paja para ver si ayudaba. En fin, bien está lo que bien acaba, y de arroz hemos repetido hasta acabar la ración que quedaba en la olla.

De postre:

- Espuma de crema catalana (5,50€) - El nombre es más largo, pero no lo recuerdo. Ligera y deliciosa.
- Torrija de brioche caramelizada con helado de carquinyoli> (7,50€) - Tampoco recuerdo el nombre completo, pero he dejado el plato que ni el lavavajillas :-)

Presentaciones elaboradas y raciones más que correctas.

Hemos bebido un agua de 1 l. (3,50€) y una botella de Furvus 2011 (22,-€) que remataré en condiciones esta noche en casa con mi copa y con el vino a la temperatura adecuada.

Resumiendo, hemos comido de lujo a pesar de mi hijo y del problemilla con el vino. La próxima vez preguntaré si les funciona el armario del vino antes de pedirlo ;-P

El precio corresponde a lo que he tomado yo.