Nuevo comentario sobre este restaurante a pesar que he estado anteriormente en varias ocasiones sin que hasta hoy lo vuelva a comentar.

Como siempre destacar la atención recibida por Lorena que nos acompañó a la mesa que nos había reservado, una mesa redonda lo suficientemente amplia para tres personas, nos dejó la carta y nos comentó alguno de los platos de las sugerencias del dia, pedimos dos cañas de cerveza mientras decidíamos los que íbamos a pedir.

Finalmente nuestra elección fué compartir los primeros, alcachofas a la brasa, atillos de cebolla caramelizada que resultaron ser pasta filo pasada ligeramente por la freidora con el relleno de la cebolla y croquetas  de rape y gambas a las que personalmente no encontré el sabor de los ingredientes que anunciaban.

Seguimos con un entrecot de ternera a la brasa de 300 gramos según decía la carta, servido con el punto de cocción solicitado y mis acompañantes costilla de cerdo ibérico cocinados a baja temperatura y acabadas al horno con salsa de mostaza y miel. Buena y muy tierna la carne de ternera así como también las costillas de cerdo.

De postre tarta de manzana casera para uno y sorbete de lima y limón regado con una buena dosis de wodka para los otros dos.

En esta ocasión nos inclinamos por un vino de la D.O. Costers del Segre, Cau del Gat añada 2014 de la bodega Costers del Sió elaborado con uvas de las variedades Syrah y Garnacha tinta que fué un buen complemento para la comida, el servicio consistió en una breve explicación sobre el vino, descorche, cata y primer servicio, tomamos además una botella de agua de medio litro.

Tres cafés acompañados de tres chocolatinas a los que Lorena tuvo la deferencia de invitarnos, al despedirnos lo hizo también Oscar su compañero que es el cocinero y aprovechó para invitarnos a la inauguración en breves días de un nuevo restaurante en el centro de la ciudad, un nuevo proyecto que abrirá únicamente de lunes a viernes para los servicios de almuerzo y comida, les deseo mucha suerte en este nuevo local.

En el mismo local que antiguamente estuvo El Purgatori, uno de los restaurantes de referencia en Olot y por el que han pasado otros restauradores sin pena ni gloria, o mejor dicho con más pena que gloria,
una joven pareja él en la cocina y ella en sala gestionan actualmente este restaurante, te atiende con simpatía y es de esas personas en las que depositas toda la confianza para que te aconseje.
Era un domingo al mediodía y reservamos telefónicamente la última mesa disponible, local agradable aunque ruidoso, mesas vestidas con camino de mesa, la cristalería podría mejorar.
Como decía en líneas anteriores dejamos que nos aconsejara y siguiendo sus indicaciones pedimos como entrantes cuatro tapas para cuatro: alcachofas a la brasa, calamares a la andaluza, almejas marinera y pimientos del piquillo rellenos de brandada de bacalao, todas ellas excelentes, seguimos con un chuletón de vaca vieja madurado durante no recuerdo cuantos días me dijo y que era para compartir entre tres y una dorada a la espalda. El chuletón tenía el precio por kilo que no recuerdo ni conservo la nota, carne de muy buena calidad y con el punto de cocción solicitado acompañado de un riquísimas patatas fritas caseras (ya cuesta encontrarlas).
Los postres dos brownies, un coulant de chocolate y un helado de vainilla.
Dos muy buenas cañas de cerveza artesana de barril, una botella de medio litro de agua y dos botellas de Les Crestes de la D.O.Q. Priorat.
Cuatro cafés solos y un orujo invitación de la casa.
En resumen buena comida a buen precio, la sala atendida solo por dos personas lo que hace que el servicio se dilate cuando el restaurante está con la máxima ocupación, posiblemente en la cocina también van justos de personal, pero obviamente con precios ajustados no da para dispendios de personal. Carta de vinos más que correcta y con precios contenidos.