Taberna castiza y llena de encanto fundada en 1892 y actualmente regentada por Angel Monje en la barra y su madre Conchita en la cocina. Situada muy cerca de la popular calle de Fuencarral. En esta taberna, con una amplia oferta de cervezas de importación, se alaba a la cerveza bien tirada, por lo que en esta ocasión no voy a mencionar siquiera el servicio del vino y ni mucho menos voy a puntuar el apartado correspondiente del vino. Como anécdota entre otras muchas, hay un tablón sobre la puerta con un ranking que muestra los nueve nombres de bebedores que se han metido más pintas de Guinness en menos de cuatro horas y que encabeza un alemán que realizó la proeza de trasegar 14 pintas en 3 horas y 22 minutos. Aquí no se piden cañas sino pintas magníficamente tiradas. Merece la pena esperar unos 5 minutos que tardan en decantarlas y servirlas. En esta casa se dice que más que servirse cañas se sirven libaciones de cerveza.
Local que dispone de unas cuantas mesas altas frente a la barra pero sin posibilidad de sentarse. También hay otras mesas altas en otra salita a modo de trastienda al que se accede tras pasar de cuclillas (literalmente) por debajo de la barra.
Servicio joven y muy eficaz, sin grandes esperas pese a estar siempre desbordada.
En cuanto a gastronomía, amplia oferta de tapas y pinchos, abarcando buenas chacinas, encurtidos, conservas, frituras gaditanas, croquetas, salmorejo cordobés, tortilla de patatas, etc.
Compartimos entre tres:
- 2 x Salmorejo cordobés: ¡Bingo! De los mejores que hemos probado. ¡Qué textura tan suave pero potente de sabor! Presentados generosamente en sendos cuencos de cerámica con su huevo y jamón picaditos.
- 2 canapés de anchoa con mermelada de tomate y PX: Mención aparte esas anchoas de buen tamaño, bien limpias, con el punto de sal adecuado y presentadas abiertas en “mariposa” sobre dos tostaditas enriquecidas con una suave mermelada de tomate y un toquecito de PX.
- 3 canapés de anchoa con cabrales: Se repite la historia pero sobre una base de crema de cabrales, afortunadamente no muy potente.
- Ración de croquetas: Les pedimos que la ración llevara 3 croquetas de jamón y otras 3 de cabrales. Crujientes por fuera y melosas por dentro. Nos convencieron más las de jamón.
- Ración de cazón en adobo: Buena fritura sin grasa por ningún lado. Carne prieta con gabardina crujiente y con excelente adobo.
- Tortilla de patatas: Un monumento es lo que se merece la tortilla de Doña Concha. Generosa en huevos y con cebolla, presentada recién hecha y poco cuajada, tal y como nos gusta. Una delicia que nadie se debe perder si se visita esta casa.
Todo lo regamos con unas excelentes pintas de Pilsner Urquell maravillosamente tiradas. Un lujo para los amantes de la cerveza.
Precio total: 85,36€ (inc. IVA, dos botellitas de agua y las 4 pintas de cerveza).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría compartir entre dos su oferta más emblemática: un salmorejo, dos canapés de anchoas, una ración de croquetas y una tortilla de patatas (sin bebidas).