Poco a poco

 

Hacía ya un tiempo que nos apetecía probar los avances de esta fusión mexico – mediterránea, puesto que en nuestra anterior visita quedamos más que satisfechos. Lástima que no ocurriese lo mismo en esta ocasión.

Llamamos esa misma noche por si teníamos mesa y la tuvimos. De hecho, el local solo concedió una mesa libre durante la velada. Una vez allí, vimos que la carta sí había evolucionado, aunque mantenía las propuestas del antaño y, además, ofrecía una interesante selección de platos fuera de ella. Los nuestros fueron solo los siguientes tres más un postre:

-Enchilada de pollo: Nos lo sirvieron el primero y con bastante rapidez. Se trata de una gran tortilla de trigo rellena de pollo desmenuzado, mucha nata y cubierto con una gran cantidad de queso fundido. Bueno sin más, ya que el queso se comió al conjunto.

-Carrillada de ternera: Este plato, para nuestro gusto un plato final claro, nos lo sirvieron justo después de la enchilada, así que mientras nos comíamos lo primero, se nos iba helando lo segundo. El resultado fue una tibia carne de carrillera un poco seca, confitada en su jugo con Hoja Santa y Mezcal. El sabor del fondo muy bueno, eso sí.

- Taquitos de canasta: Esta vez sí se respetaron los tiempos pero no el orden ya que este era, en nuestra opinión, un primero. Aquí el sabor sí es expresivo: Se trata de dos tortillas de trigo rellenas de cochinita pibil ( carne de cerdo adobada en achiote y servida con cebolla morada y chile habanero). De potente sabor aunque sin resultar excesivo.

- Postre. Escarcha de lima y jengibre con tierra dulce: Ya lo habíamos probado en nuestra anterior visita pero esta combinación siempre nos agrada. La tierra dulce rebaja el frescor del granizado de lima y el punto álgido del jengibre. Un muy buen postre.

En cuanto al apartado de bebidas, escogimos una cerveza mexicana (por aquello de probar) que me resultó tremendamente suave y una botella de OCEAN, de la DO València y a base de Monastrell y Cabernet.

Finalmente cerramos la noche con un café cortado y con cierta decepción respecto a la R.C.P.,un poco excesiva. Realmente la sencación que queda es que hay una gran idea y una muy buena base pero se deben pulir muchos detalles para poder marcar cierta diferencia en un territorio gastronómico tan repleto de ofertas como el de La Marina Alta. Poco a poco.             

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