Tercer día en tierras riojanas haciendo ruta de buen beber y buen comer y llegamos a este restaurante con mucho prestigio en la zona.
A comer cuatro personas
Todo estaba rico ya que se notaba que eran productos de máxima calidad pero uno está un poco cansado de este tipo de restaurantes donde parece que está reñido el que te den calidad de producto a que la relaciones sean generosas y en este apartado eran más bien muy escasas.
Tomamos los aperitivos que ponen gentileza de la casa que consisten en un quesito de forma pero que realmente es un pastel de Brandada de bacalao Y otras cuatro cositas de bocado típicas con productos de la zona como por ejemplo un dado de queso de Cameros con envoltorio comestible.
Tomamos :
-macarron relleno de crema de boletus con tierra de foie ( estaba muy rico....lo mejor)
-Lengua confitada sobre queso curado.
-Alcachofitas con bacalao y foie de pato y una infusión de piel de bacalao y verduras.
-Manos de cerdo confitadas (estaban cortadas en láminas finísimas como si fuera un carpaccio.
-Pichón braseado
De postre tomamos una ración de milhojas rellena de crema y nata para compartir los cuatro.
Sin cafés.
Nos pusieron una cajita con golosinas originales hechas por ellos que estaban muy ricas también.
Lo regamos todo con una botella de Artadi pagos viejos muy rico servido en grandes y buenas copas ríedel.
El pan que había de tres variedades (pan blanco,pan de maíz y torta de aceite) estaba francamente bueno.
No se puede decir que ningún plato estuviera mal planteado o rematado, lo lamentable es que con los precios que marcan en cualquiera de ellos las cantidades que ponen sean tan minúsculas.
Como ejemplo hay que decir que la ración de manos de cerdo cortada finamente no habría ni tan siquiera 120 g, y el pichón tenía un tamaño también muy reducido, de dos bocados te lo comías.
Sinceramente........ este restaurante y los de este estilo deberían "hacérselo mirar" ya que dado los precios que cobran no entiendo porque ponen cantidades tan minúsculas ,insisto en que en este tipo de restaurantes parece que cuanto más minúsculas son las cantidades más chic es el restaurante, y esto bajo mi punto de vista hoy día es un error.
El servicio de sala muy bueno a nivel profesional pero quizás un poco encorsetado y frío. El ritmo de platos lentísimo y en algunos casos la espera entre plato y plato fue larga.