Restaurante Asador Cristóbal en Madrid
Restaurante Asador Cristóbal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:

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Vino por copas:
No
Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
4.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Asador Cristóbal
OPINIONES
2

Pues yo también me dejé caer, al final de estas Fiestas, por el Asador Cristóbal.
Un asador de barrio popular, con una fachada de bar rancio.
Pero dentro hay un comedor comfortable, una familia que lleva tres generaciones en el negocio, y un grupo nutrido de clientes habituales, que besan al dueño, a la hija, y a la camarera.
Nos juntamos tres aficionados al cordero, todo lo críticos que se puede ser, y habituados a comerlo en Castilla y a cocinarlo en casa.
Y sin embargo Cristóbal nos sorprendió con el excelente punto del asado.
El secreto: corderos de raza churra, castellanos, y con menos de 6 kilos en canal. Y un horno artesanal, grande y alimentado por leña, como en el más tradicional asador de Sepúlveda o Aranda. Agua y sal.
No quisimos entredas ninguna, y las había tentadoras.
Habíamos ido a comer cordero.
Así pues, dos cuartos para tres hombres. Suficiente para dos buenos platos por persona. Y lechuga. Y se acabó.
El vino de la casa, en jarras por 7,50 euros, es muy básico, aunque Ribera. Algo bravo y astringente.
Tienen un buen crianza de Viña Solorca por 18 euros.
No obstante, la carta de vinos es mejorable y ampliable.
Tampoco hay Cognac, Armagnac o Whisky de Malta para finalizar.
Nos tuvimos que conformar con una copa de Magno....a 3,75 euros.
El asador está donde está,un barrio obrero cerca de la Plaza de Castilla,y no da para más sofisticaciones. Pero regresaremos, porque el punto del asado era espectacular.

Quedada tradicional, desde hace muchos años, con el grupo duro. Aquellos amigos que venimos reuniéndonos desde tiempos inmemoriales y que en muchos casos ya son como miembros de la propia familia de sangre. Y mira que los quiero y los respeto…y hasta los admiro, pero oigan hay algo a lo que nunca renuncian: a comerse un asado (ya sea de lechazo, ya sea de cochinillo) bajo ningún concepto. Y uno cada año asiste impertérrito a las diferentes corrientes y tertulias que esa comida genera en los días previos : “Que si en donde fulano lo hace mejor, que si donde mengano lo deja reseco, que si ésto que si lo otro… y los años siguen pasando y dichos debates (incluso acalorados) siguen manteniéndose vivos. Y yo que particularmente no puedo con el cordero y todo lo más que hago es probar un trozo de cochinillo sigo asistiendo año tras año a esas discusiones tan enjundiosas como la propia Navidad.

Después de todo este rollo, este año acabamos aquí. Lugar que ya en su momento fue apartado del circuito hace algún tiempo porque a alguno de los talibanes (ya, pero son mis talibanes) sentenciaría con que al cordero le sobraban dos minutos , cuarenta segundos y dicesiesis décimas , pongamos por caso o porque la madera con la que estaba hecha hecho era encina de Ciudad Real en vez de roble segoviano.

Lugar de aspecto rancio, mesas que para servir has de hacer un curso de Tetris, bullicioso, manteles muy buenos porque sino, no se explicarían como pueden aguantar de 60 a 70000 lavados, vino de jarra más bien malo y todo abarrotado. Decoración demodé, cuernos por todas las paredes…. ¡Hasta la tuna! Que indudablemente habría hecho otro cursillo de Tetris para poder operar con las guitarras por las escasa superficies microscópicas que había disponibles. Con todas estas premisas y rezando para no tener que ir al baño en mitad de la comida de doce personas esto es lo que llegó:

A modo de entrantes y en platos para cada cuatro personas:
Chorizo, morcilla, chistorra, judiones de La Granja, croquetas.
Todo bueno, sin defecto, abundante, destacando por su finura y melosidad los judiones.
Como principales Cuartos de lechazo asado para ocho y cochinillo asado para cuatro. Acompañados de sus correspondientes ensaladas de tomate, lechuga, cebolla, en cuencos para cada tres o así.
He de decir, que el cochinillo estaba muy bueno y que el resto tampoco se quejó de nada, cosechando en ambos casos alabanzas generalizadas.

Precio final 45€ por persona.
A destacar, también la calidad del pan. Acabamos con unos cafés y unos chupitos en frasquitas por parte de la casa. ¿Caro, barato? Pues no lo se.

Y es que... Son días de eso.

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