Local muy de moda, dificil de conseguir mesa antes de las 13.30 porque es pequeño (unos 25 sentados en mesa poco espaciosa y juntas) más algunos más en silla alta en barras.
Mucho de los que hablan raro y comen pronto, hasta el punto que si no sabes idiomas no puedes trabajar en la sala. Motivo claro: nº1 en popular página de restaurantes en la que siempre predomina más un buen precio que una extraordinaria calidad. Mucha gente joven y muchos con guias turisticas en la mano, porque además el local hay que ir a buscarlo pues está entre calles poco transitadas por turismo.
Mucha gente esperando incluso en la calle a que se vaciaran mesas y otros que se fueron sin comer en dia entre semana de noviembre. Asombroso el poder acutal de internet.
Sin manteles, mesas de madera, sillas de rejilla antiguas. Pizarras en las paredes que anuncian las gastrotapas (más bien gastro-raciones por su tamaño). Decoración alegre y juvenil.
Servicio joven, atento y eficaz. Cambio de cubiertos continuo, buena vajilla y copas en un local que es dificil de transitar entre mesas porque siempre hay una silla (y un comensal) para aprovechar el hueco. Buena barra para completar la sala.
Carta de comida planteadas como gastrotapas, pero ojo que con dos comes suficiente.
Carta de bebidas correcta y con mejorable variedad de opciones.
Comida para uno:
. unas buenas aceitunas por cortesía de la casa.
. copa de blanco: un albariño As Voltes interesante. Lástima que copa traida servida desde cocina.
. tataki de atun con cuscus y verduras: buen atun tan solo marcado por fuera, sobre una cama de cuscus con verduras en buen punto
. una copa tinto del Bierzo: Brezo, de nuevo traida llena, generosa y a buena temperatura.
. confit de pato con crema de zanahoria, especiado y con pistachos: siempre son muslos de pato con presentación como si fuera un mortero en el que el muslo es la maza y en el fondo está la crema de zanahoria. Bien de sabor y buen punto de fuego. Para mojar pan.
. tarta de manzana strudel poco crujiente servido junto a una fresa cortada en láminas y un básico helado de vainilla a su lado; algo más de originalidad como un helado de horchata o de canela, aportaría más interés. Hubiera sido mejor elección el coulant, porque no tuve la suerte del compañero Isierrar que para él fue de lo mejor y para mí claramente lo menos bueno.
. un descafeinado corto de buen nivel
Añadimos un euro de servicio y un pan normal y unos picos.
Presentación de los platos de notable alto
Un lugar así merece muchas más opciones de vinos por copas (al menos hay algo más allá de Ribera y Rioja).
No sé si merece el número uno porque aún no los conozco todos, pero sí que merece la pena conocerlo.
Local de moda en Sevilla, dentro de lo que podríamos llamar un bar de tapas moderno, con ciertos aires de cocina de mercado con elaboraciones y presentaciones modernas, pero que se queda a medio camino. Demasiados fallos en las preparaciones que hacen que al final se quede en un "quiero pero no puedo". Oferta en formato de tapas y raciones, siempre generosillas.
Local situado en el barrio del Arenal algo alejado de los circuitos turísticos. Ambiente moderno y sin decoración, con mesas altas y taburetes en una zona, y mesas bajas y sillas en otra. A tope a pesar de ser martes y con gente esperando. Personal de sala joven, atento y eficaz.
Cena para uno solo:
- Croquetas de gorgonzola y nueces: Cuatro unidades con la cubierta demasiado blanda e interior muy cremoso, con sabor reconocible al queso transalpino. Bien, pero eso de que las croquetas no se puedan comer con los dedos, como que no me va.
- Parrillada de pulpo y verduras: Trozos de pulpo demasiado pasados, sobre un surtidito no muy variado de verduritas. No me gustó para nada. Además, la mayonesa de soja que acompañaba al pulpo resultaba demasiado pesada. Fatal.
- Presa ibérica con batatas glaseadas, crema de idiazábal y pistachos: Un filete de presa demasiado hecha sobre una cama de batatas. Lo que no encontré fueron la crema y los pistachos. Digamos que agradable el equilibrio entre lo sabroso de la carne y el dulzor de la batata.
- Morcilla de arroz, huevo escalfado y setas: Me decidí por la tapa del día pero fue un nuevo fiasco. Un huevo escalfado demasiado hecho sobre morcilla de Burgos sin piel y desmenuzada y con trozos de champiñones laminados. Lo que no llegué a entender es el porqué la morcilla estaba tan salada. Mal.
- Strudel de manzana: Quizás lo major de la cena. Generoso relleno de manzana, pasas, almendras enteras (demasiadas) y adecuado punto de la canela. Lo acompañaba una bola de helado de vainilla. Bien.
En cuanto al servicio del vino, oferta corta y demasiado comercial, presentada en dos pizarras, una para los blancos y otra para los tintos. Lo único con luz propia Gaba do Xil. Me decidí por el único vino generoso que tenían: Tío Pepe servido afortunadamante a temperatura correcta. El servicio en el resto de las mesas era bastante correcto.
Precio total: 31.20€ (inc. IVA, servicio de pan y picos a 1€ y 4 copas de fino a 2€).
Nota: El precio que indico sería tomando 3 tapas y un postre, sin bebidas.