Un local, como ya se ha comentado en este foro, que tiene un encanto especial, pues el local en sí es muy diferente: unos tuneles con nichos a modo de media tinaja de enorme tamaño que dejan espacio justo para una mesa y colocarse 2-4 personas algo incómodas por estar prácticamente volcadas sobre la mesa; nosotros éramos 5, así que aún más comprimidos. Pero el sitio merece la pena.

Bien vestidas, buenas copas. Servicio de vino básico de descorche, dar a probar y primer rellenado de copas (difícil para los del fondo). En sala y desde cocina buen ritmo de llegada de platos sin poderse apreciar más cualidades ya que casi es una entrega al borde de la mesa para todos los comensales.

Carta de vinos escrita y plastificada con buena información (las añadas no siempre correctas) y en el caso de tintos con 31 vinos de 17€ a 50€ y dos de ellos de precio superior, incluido Valbuena 5º año. Tomamos en la previa unas cervezas de varias opciones posibles, agua sin gas grande y en el apartado de vinos: El Hombre Bala 2016 (26€) y Almirez 2019 (29€).

La carta de comidas sobre soporte similar, tiene más que suficientes entrantes, pastas, carnes y pescados, así como postres para una cocina basada en el buen producto con elaboraciones clásicas y con una presentación bastante cuidada. Decidimos compartir entrantes y postres, más un principal individual. Y fueron:

. ceviche de pescado blanco (creo corvina), aguacate, leche de tigre y espuma de mango: bien elaborado sin excesos de viangre. Cumple.

. tomate a tope: ensalada de ventresca con 4 variedades de tomate: amplia ración, buena materia prima y aliño correcto; plato para compartir sí o sí.

. pulpo a la brasa con aceite de pimentón de la Vera y cremoso de patata trufada: buena textura, bien presentado y algo escaso para compartir, como cada vez ocurre más. Bien.

. tataki de bonito del norte sobre verduras al Wok y anacardos x 4: muy bueno y bien presentado. Recomendable. La única excepción fue un bacalao confitado y gratinado con allioli referido como destacado.

. cremoso de tarta de queso casera semitemplada: bien en todos los conceptos, pero sin destacar.

. torrija de la casa x 2: la presencia en el plato es mejorable, pero a ojos cerrados, muy buena.

. tarta Tatín de manzana caramelizada y nata de canela: buena sin excesos de dulce

Sin cafés ni otros extras, la cuenta, en la que ahora aprecio que la segunda botella de vino no fue cobrada cumpliendose una vez más la norma no escrita de los frecuentes errores en factura de restauración, casi siempre (más del 95%) a favor de los clientes.

No conocíamos la existencia de este lugar que lleva un año abierto. Nos lo recomendó un amigo y cuando vi su web y las criticas me pareció el típico sitio para guiris al estilo las cuevas de Luis Candelas. Pero ante la insistencia de la recomendación decidimos reservar ( imprescindible) para comer.
Tras la puerta de la calle solo hay un pequeño recibidor que da paso a una escalera por la que se accede al complejo entramado de tuneles que constituyen el restaurante y su mayor encanto. Son tuneles de ladrillo visto con espacios abovedados a los lados donde se colocan las mesas. Todas ellas para dos personas lo que hace un ambiente romántico y calido. Solamente a la entrada hay un espacio mas amplio donde hay mesas mas grandes.

Parece que estos tuneles se usaban en el siglo XVIII para diversos fines según nos explico quien debía ser el dueño y que nos mostró amablemente todo el recinto al finalizar la comida.

El servicio es muy joven y profesional. Todo atenciones y eficiencia al servir tanto el vino como la comida.

Pedimos un entrante a compartir y unos segundos.
Entrante:
• Maridaje fumé de anguila y salmon Carpier con cava rosado Rimarts. Curiosa y exquisita combinación donde te sirven el cava explicando sobre él y te indican que primero tomes el cava y luego los ahumados. Sorprendentes notas ahumadas en el cava que abren el gusto a los ahumados. Estos últimos excelentes.
Segundo:
• Lomo alto de buey gallego con patatas con mojo: La carne un poco dura aunque de buen sabor. Las patatas en gajos riquísimas
• Steak tartare: muy bueno. Le faltaba algo de picante que solventamos con tabasco.

Para beber un Almirez bien servido.

La cuenta 90 € dos personas. Una RCP adecuada ya que el sitio es encantador y la comida buena.

Lo recomiendo totalmente para una cita romántica.