Buena comida peruana

Viaje relámpago al “cap i casal” por asuntos personales que uno intenta aprovechar acompañándolo de una buena experiencia gastronómica. Apetece cocina internacional pues, por suerte mía, de cocina de producto y tradicional andamos bastante bien servidos por mi zona. Por recomendación de quien finalmente me acompaña en la mesa esa noche decidimos visitar este local.

 El restaurante se encuentra en pleno centro de Valencia en una zona de gran agitación comercial y administrativa. Quizás por ello cenamos prácticamente solos en compañía de una única mesa ocupada por otros dos comensales. Se presume una mayor afluencia en el servicio de mediodía. El local se sitúa en el interior de una bonita finca. Se accede por el portal de la misma, cruzando el vestíbulo con la zona de buzones, escalera, etc… Al fondo del mismo está la puerta de acceso. Interiorismo agradable, con tonos apastelados, luz indirecta que emana de las paredes, mobiliario moderno y mesas vestidas con mantel aunque pegadas entre ellas en exceso. Se cuidan aspectos como la vajilla, cubertería y cristalería: bonitas y funcionales.

 La carta muestra unas propuestas eminentemente peruanas, con una esencia casi 100% de la cocina tradicional de aquel país, y otras que fusionan ingredientes o recetas de allá con presentaciones o productos de aquí. Pedimos:

 - Ostra con leche de tigre de ají amarillo: Deliciosa. Buen calibre y forma del molusco y acertadísimo el toque cítrico del acompañamiento. Para comerse alguna más.

 - Croqueta de “La Lucha” pato a la chiclayana: Tamaño notable y ejecución impecable con la cobertura crujiente y bastante fluidez en su interior. Menos potencia sápida a la que cabría presuponer tratándose de carne de pato, muy suavizada por el uso del cilantro y la naranja. Aun así, bastante rica.

 - Croqueta de ají de gallina: Forma diferente a su predecesora aunque igualmente bien elaborada. Me gustó más que la primera por una mayor potencia.

 - Conchitas a la parmesana: Zamburiñas (o volandeiras, lo desconozco) gratinadas con queso parmesano. Quien nos sirve nos aconseja acompañarlas con unas gotitas de lima. Un apunte muy acertado. Muy ricas.

 - Tiradito de pez mantequilla con trufa y su toque peruano: Ración generosa con el pescado perfectamente cortado, de frescura notable y con el aliño típico del ceviche y una reminiscencia a trufa poco perceptible.

 - Quinotto presentado con carrillera ibérica a baja temperatura y aroma de trufa: En el enunciado del plato se juega con las palabras quínoa y risotto. Se trata de una especie de risotto, con su parmesano incluido, pero elaborado con granos de quínoa. Se presenta en varios montículos entre los cuales se dispone una carrillera muy sabrosa y tierna. El resultado nos complace, constituyendo el conjunto un plato notable.

 No tomamos postre. Tampoco hubo cervezas ni aperitivos previos. Sólo tomamos una botella de Enrique Mendoza Chardonnay 2018 (muy falto de tiempo en botella) y unos cafés para finalizar. Servicio voluntarioso y cortés aunque se antoja algo corto de experiencia ante situaciones más complejas como una mayor afluencia de público.

  1. #1

    Abreunvinito

    Me has recordado que hace tiempo que no lo visito.
    Y veo que también te parece un sitio más que correcto.
    Saludos

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