Restaurante Milvinos (RESTAURANTE CERRADO) en Valladolid
Restaurante Milvinos (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
56,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
56 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.8
Comida COMIDA
6.6
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Rodrigo, sumiller del Milvinos, decantando un Barolo Preve 94
Vinos tomados durante la cena
Opiniones de Milvinos (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
11

Viendo que los últimos comentarios eran de hace ya bastante tiempo y generaban alguna duda, tenía interés en ir a este local del que tan bien me hablaron en sus orígenes. En este momento el Milvinos lo gestiona Luis Suárez y el concepto es el de winebar en la parte de arriba, con bastantes vinos por copas y tapas, y restaurante especializado en cocina a la brasa en la parte de abajo. Lo que sí sigue distinguiendo a Milvinos de otros restaurantes de Valladolid es su estética, mucho más moderna y con una decoración minimalista que en la mayoría de casos. Y, también, aunque en este momento con menos referencias que en el pasado, la carta de vinos donde te puedes tomar no sólo los vinos de la zona sino también los de otras DO españolas y algunos internacionales a precios bastante competitivos.

La carta de platos es bastante amplia, con un buen número de entrantes y carnes para hacer a la brasa. Nosotros pedimos, para compartir, un pulpo a la brasa con parmentier (exquisito el pulpo y su textura), un revuelto de morcilla y una torta de queso, ligeramente braseada, bastante buena.

De segundo, yo pedí entraña de ternera que, a pesar de su nombre, nada tiene que ver con las vísceras ya que esa pieza que separa el corazón y los pulmones de las visceras en la vaca, esto es, vendría a ser como el diafragma humano. Tiene un sabor y textura muy especial y, al punto, suele estar, como en este caso, muy jugosa.

Dada la dimensión de las raciones (muy abundantes) no llegamos a los postres y nos fuimos directamente a los cafés.

De beber, además del agua (en esasa cantidad, hay que reconocer) tomamos tres vinos muy interesantes. El primero, un Château Thieuley 2004, un vino blanco de Burdeos elaborado mayoritariamente con Semillon y algo de Pinot Gris (creo recordar), fresco, bastante mineral. El segundo un Gianni Gagliardo Barolo Preve 1994, un vino del Piamonte fino y muy elegante en nariz, con predominio de las notas de sotobosque y champiñones. Y, el tercero, haciendo patria, un Fransola 2005 que le costó bastante tiempo abrirse y expresarse en toda su plenitud.

Dado que sólo el precio en carta del Barolo ya superaba los noventa euros, el precio total de la cena (226 euros) prorrateada entre los cuatro comensales, me parece de una RCP extraordinaria.

  • Rodrigo, sumiller del Milvinos, decantando un Barolo Preve 94

    Rodrigo, sumiller del Milvinos, decantando un Barolo Preve 94

  • Vinos tomados durante la cena

    Vinos tomados durante la cena

Restaurante conocido con 3 o 4 asistencias en los ultimos tiempos.

Doble ambiente, arriba a la entrada para tapear y abajo restaurante. Para gente como se decia hace un tiempo, "guapa".

En la planta baja, conoci cocina más que evolucionada imaginativa, actualmente basica más que clásica.

Se tomo seleccion de quesos, atun rojo, chipirones a la plancha com alioli de su tinta ..

Buena carta de vinos( no faltaria más con ese nombre) con servicio adecuado, tomamos Emilio Moro cr 03, bien.

Lo que era un local con personalidad le he visto actualmente sin rumbo.

Fui invitado y por tanto no conozco la relacion calidad precio.

Local muy moderno y separado en dos partes; a pie de calle un wine bar donde se ofrecen una gran variedad de vinos por copas y tapas interesantes y más elaboradas que la media de bares de Valladolid.
En el piso inferior se halla el restaurante, donde tampbien puedes pedir las tapas del bar como entrante. Los entrantes estubieron mejor que los platos principales, los cuales fueron flojos y no estuvieron a la altura de lo que esperábamos ni de lo que nos cobraron.
Sin embargo, el servicio del vino es bastante correcto. La carta realmente tiene "Mil Vinos" o más, de practicamente todos los rincones del mundo y de España (algo difícil de encontrar en Castilla). La temperatura de servicio es correcta, así como las copas (Riedel). Decantan o airean los vinos, si es conveniente.
El servicio y el sumiller, muy atentos y simpáticos.

Ha cambiado su carta y parte de su concepto añadiendo una parrilla de leña, fenomenal los nuevos platos y el trato esquisito, destaco el servicio de sumiller, calidad- precio muy buena ( 30-32€/persona). Merece la pena visitarlo.

Restaurante informal que te sientes comodo con un buen trato y se da por supuesto que tienes vinos para elegir ; nosotros tomamos casi siempre champagne Delamotte ( 32 €)o un riesling aleman(selbast auslese)y en la carta del restaurante tartare de atun rojo(muy bueno con aguacate),langostinos crujientes con soja, foie a la plancha, lechazo y etc...

Restaurante o tienda de vinos?, yo no lo se, gran variedad en la carta de vinos y calidad es su vajilla, aunque la riedel no es mi favorita, servicio correcto pero el sumiller que debiera ser obligatorio en este tipo de locales no aparecio en toda la cena.
Carta escasa y ambiente normal

Si eres un amante del vino debes conocer este local. En el lado de los peros el servicio intenta agradar pero le falta rodaje, la comida mejorable, sobre todo los postres, (una tabla de quesos bastante deficiente) el vino requiere una determina temperatura para conservarse el cliente no,tiene que estar comodo, música excesivamente alta.
Por lo demas local a visitar, carta de vinos muy buena, bodega a la vista impresionante( variedad y cantidad, con referencias dificiles de encontrar), copas correctas, detalles que haran a este lugar local de referencia, (agua, aceite, golosina con el café).Estoy deseando volver, si vas a Valladolid una opción interesante.

El entorno excelente y la decoracion del restaurante muy minimalista y acertada, sin embargo tuvimos que llamar la atencion varias veces a la camarera sobre la temperatura que resultaba demasiado alta.

La carta de vinos excepcional y la cava espectacular, pero un suspenso para el sumiller a quien no vimos el pelo (el vino lo escogimos nosotros).

Un servicio excelente el de los camareros con un trato muy agradable y correcto.

Un local diferente a lo acostumbrado en Valladolid pero con mucho encanto, a pesar del elitismo de la decoración hay un ambiente muy familiar y agradable, centrandome en el restaurante destacaria por supuesto la carta de vinos, la portada sencilla pero divertida y por dentro impresionante, los precios muy buenos sobre todo en los de gran calidad, el servicio del vino es bueno, las copas apropiadas y el sumiller normal.
La maitre muy correcta en su trabajo y acertada en las recomendaciones, da un trato muy amigable y cariñoso en las mesas, quedan pocos profesionales así, referente a la comida unos entrantes muy originales como carpaccio de atún rojo con aguacate, lasagna de cigalitas, higado de rape...el pescado resulton pero en su punto y la carne no es gran cosa, los postres es lo peor de la carta;cuajada sopa y parfait, muy visto y no muy logrados.
Tienen detalles muy buenos como el agua (pineo), aunque de sabor no es muy buena tiene un envase muy original, el aceite dauro y abraha

Este restaurante es el típico ejemplo de la primacía del vino sobre el menú, lo que no deja de sorprenderme, porque creo que aquí no hay suficientes platos para "maridar" con todos esos vinos. Valorando sólo la carta de vinos, espectacular y a precio razonable. Valorando el equilibrio del restaurante, desequilibrio total hacia el vino en detrimento de la comida, que en mi opinión se queda corta, en variedad y en cantidad; no así en calidad, que me pareció estupenda. Buen servicio del vino en copas Riedel adecuadas pero fallo en los camareros, a quienes aún les falta experiencia. En cuanto al ambiente, minimalista total y la bodega vista, preciosa, me encantó.

En general es un sitio agradable al que merece la pena ir especialmente por la carta de vinos, que es fantástica. Los pequeños fallos pienso que se deben a la falta de rodaje, pero en serio, creo que merece la pena.

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