No cabe duda que este restaurante principalmente de tapas, está de moda, hasta el punto que hace ya algún tiempo abrieron un nuevo local en otra calle muy céntrica y peatonal de Sabadell (C/Advocat Cirera, 21), tocando el Ayuntamiento, es justo en este en el que hemos estado y al que acostumbramos a ir habitualmente. 

Se ha ganado fama de tapas de calidad evolucionando a un toque más moderno y un punto mas gourmet podríamos decir.

El local bastante más grande que el primero y de corte moderno y actual. Servicio joven, atento y eficaz.

En esta ocasión pedimos:

- Bomba de la Barceloneta, picante suave, buena, justo lo que se espera de esta tapa

- Escalibada tibia con queso de cabra, lo esperado, plato típico bien hecho.

- Vieira extra a la plancha, con parmentier de patata y virutas de ibérico. Bien, quizá algo poco hecha por dentro.

- Brocheta de sepietas a la plancha con ajo y perejil. Un clásico, al menos para nosotros, bien cocinadas y el toque de ajo perejil fenomenal, para dejar el plato limpio con el pan.

- Zamburiñas plancha, cinco unidades, tirando a pequeñas pero sabrosas

- Mini burger gourmet de pato con mayonesa de setas, realmente espectacular, al punto, gustosísima.

- Timbal de meloso de ternera con salsa de Oporto, servido en una cazuelita, fondo de puré y ternera desmigada, todo el conjunto muy sabroso, está claro que es un sitio de sabores.

- Pa amb tomaquet, bueno, ojo, que no es tan normal como pueda parecer obtener un buen pa amb tomaquet 

A pesar de cuidan el vino, diría que por encima de la media de los bares de tapas, pedimos dos cervezas.

Un cortado.

Sin duda, es una muy buena opción, recomiendo pegar un vistazo a la carta en su página web.

Muy interesante este local de tapas clásicas y especiales, como ellos se denominan, también pintan bien sus brochetas, aunque en esta ocasión no las probamos.

El local en si, no es muy grande, pero al estar en una calle peatonal del centro y tener terraza, en verano dobla su capacidad.
Local de ambiente moderno, con un servicio joven, ágil y amable.
El local lleno, un Domingo por la noche de Agosto, con gente esperando, por un lado esto dice se su buen hacer, por otro, temes que el agobio influya en la calidad.

En nuestro caso no influyó, si bien la segunda tanda de tapas se demoró mas de lo normal, aquí el bar ya estaba lleno.

Lo que pedimos:

- Calamares a la andaluza con pimientos de padrón, buenos tanto en su rebozado como tiernos, ración tirando a justa.
- Patatas bravas, fue de las que repetimos, una salsa de tomate rica con una especie de all i oli suave, patatas hervidas y fritas como está mandado. Buena ración. Muy buenas.
- Timbal de escalivada con queso de cabra, buena ración, plato resultón si has respetado la escalivada, el queso con azúcar quemada por encima.
- Sonsonets de costa, fuera de carta, ofrecido como una de las sugerencias del dia, "pescaito" bien frito, buena ración, se comían solos.
- Jamón Ibérico, buen "material", ración justa, aunque también con un precio ajustado, 8,50€.
- Dos raciones de pa amb tomaquet, pan de flauta con tomate triturado sazonado con orégano, voló antes de que llegaran las tapas...

Para beber, tres refrescos y dos copas de vino, no recuerdo la marca, era garnacha, servido en copas Riedel. Tienen carta de vinos, no profundicé demasiado en ella al ir directamente a la oferta de vinos por copas, que para los tintos no es fija. Pero habrá que explorarlo.

En definitiva, nos satisfizo esta primera vista, que ya os digo no será la última, la carta es amplia y proponía varios platos sugerentes, incluidas la brochetas, que parece que es una de su especialidad, habrá que probarlas.

Muy buena opción de tapeo.