Entorno casi sí, comida no

Sábado mes de julio. A pesar del calor, en la terracita se está bien. Pedimos una ensalada de tomate raff con ventresca de atún (8,5€) y el arroz a banda con verduras (12€ ración). La ensalada es un tomate que no es raff, aunque sí lleva ventresca. Un plato en el que lo que importa es la materia prima y falla el 50%. Nos sirven el arroz, lo probamos y se puede comer, pero nos dejamos la mitad. El caldo utilizado seguramente de tetrabrik, el sofrito dudamos que haya, sabor del arroz cero. Oigo decir a un camarero en otra mesa que el cocinero es inglés y, prejuicios aparte, opinamos que no ha aprendido a hacer arroces. El vino servido en vasos de zurito, el blanco de la casa es francés (!), sin comentarios. El sitio agradable, aunque si vas buscando la tranquilidad encontrarás que eres amenizado por múltiples músicos callejeros a volúmenes a veces insoportables. En el apartado servicio ves que hay seis o siete personas pululando pero que te cuesta atraer su atención cuando necesitas algo.