De domingo

Un día entre semana, con restaurante casi vacío y ausencia de sumiller, lo que no me permitió disfrutar de la vida y circulación del restaurante.
La recomendación de la mesa un acierto: en el rincón izquierdo junto a la fachada. Lo lluvioso del día ayudaba a la acogedora decoración del local.
Servicio correcto del vino con envinado justo y la posibilidad de elegir el tipo de copa.
Oferta amplia de panes, con degustación inicial de aceite. (No estaría de más tres cazoletas por comensal)
Mesa amplia y bien montada. Sillas cómodas.
Se eligió el menú innovación aceptando los maridajes ofertados salvo para el buey.
Con los entrantes habituales, bloody mary, manchego escabechado, espuma de berberecho, etc, se bebió una manzanilla pasada de Sanlucar ( Lustau Almacenista), pálida de color , seca, de aroma punzante y ligeramente amargo y con buen cuerpo.
Entró a continuación el foie mi-cuit recubierto de cacao y trufa negra de invierno que llaman “tartufo” . Excelente y cremosa cobertura la del cacao para el foie y más cuando se acompaña de un Tokaji 2001 de podredumbre noble y muy rico en azúcares (5 puttonios). Aunque se suponga un vino enigmático por su elaboración y procedencia, resultó ser un vino armónico, nada empalagoso, denso en boca y con una fragancia acorde a su color miel.
Uno de mis platos favoritos, el Steak, estaba triturado en su punto y especiado suave, para que no se perdiera la textura y el sabor del juego de cebollas que lo acompañaba.
Con un Blanc de Blancs, el Gonet Cuvée de Jordi Melendo, pálido y brillante, de burbuja muy fina y abundante, con una nariz intensa, pero con poca presencia en boca a pesar de su cremosidad y ligero ataque ácido al final, con este Chardonay, repito, se nos presentó un arroz meloso de ostra y almeja de carril, de buen comer, y graciosamente acompañado de perlas de agua.
Para hacerle boca al pescado presentaron unos excelentes pulpitos de roca con jugo de bogavante y lentejas. Los comí con especial placer. Exquisitos.
Y más cuando les sigue un pescado de lonja con sabor y ambos acuden a mi encuentro con un Ruinart Brut Rosé. Como si un rayo de luz atravesara un pétalo de rosa, y perdonar la cursilería. La botella me encantó (se nota el savoire faire de LVMH). De burbuja muy fina y persistente, definido en nariz sin ambajes a frutas rojas, y muy persistente en paladar. Y lo suficientemente vinoso para un mediterráneo.
La carne del menú es un buey con praliné de avellanas y jugo de pato y sake. El praliné que la recubría le daba un corte y una textura diferente y agradable. Se notaba la grasa del pato y muy poco el licor. Como ya he dicho, se eligió un Mauro 2005, más que nada por el deseo de lo escaso. Con esa mezcla de tempranillo y sirah que le da ese color picota oscuro (y hasta amoratado cardenal en los bordes), creo que está en el mejor momento para beberse y por eso se la han bebido. Procedo de un valle de interior con excelentes cerezas y me recordó su aroma mezclado con el de la tierra húmeda del bosque a primeras horas de la mañana. Ligeramente balsámico, lleno y equilibrado en boca y con longínea permanencia. Un acierto.
Llegaron los postres con un Fondillón 1980 de Salvador Poveda que de buen grado hubiera cambiado por un Pedro Ximénez de buena solera.
Se presentaron tres postres: Unas frescas tiras de manzana verde impregnada de té y con aloe vera, un sorprendente sorbete de melocotón con esponja y perlas de vino tinto con unos “marrones” corales de chocolate blanco, y un sorbete de panna-cotta, torrefactos y papel de cacao.
Café, copa el que la quiso (excelente carro de bebidas) y larga tertulia a pesar de la hora.
Javier Andrés se acercó muy amablemente en varias ocasiones para escuchar nuestras opiniones.

Después de leer a Campos, una sugerencia. En la entrada y en carta, junto al precio de la comida debería constar una orientación hacia el precio de los caldos del maridaje sugerido y se evitarían sorpresas.

  1. #1

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    Me parece una estupenda idea que en la carta aparezcan con sus precios los maridajes posibles a los menús establecidos.Por otro lado,creo que la puntuación dada,que es personal-of course!- en "Comida"no se ajusta con lo leído Gustav.
    Te recuerdo que el viernes 12 tenemos nueva cita gatro-taurina!Ciao!

  2. #2

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    (08/03/10)
    1 Me parece una estupenda idea que en la carta aparezcan con sus precios los maridajes posibles a los menús establecidos.Por otro lado,creo que la puntuación dada,que es personal-of course!- en "Comida"no se ajusta con lo leído Gustav.
    Te recuerdo que el viernes 12 tenemos nueva cita gastro-taurina!Ciao!

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