Local de decoración moderna, con mobiliario cómodo y buena separación

Local de decoración moderna, con mobiliario cómodo y buena separación entre mesas. El único "pero" para la mantelería que me pareció demasiado sencilla y que además no ocultaba algún desconchado de la mesa.

La carta está compuesta por media docena de entrantes, cuatro elaboraciones de pescado, cinco de carne, seis postres y un menú degustación a 70 euros, que desglosan en el propio menú. El menú resulta equilibrado, variado, creativo, en el que distingues la materia prima y en el que eres capaz de dar varios bocados de cada una de las elaboraciones. Ofrecen hasta cuatro tipos de panes distintos. La vajilla y cubertería son de estilo moderno, no vimos en toda la noche los cuchillos que al igual que en la comida asiática, no los necesitamos. El servicio es joven, experto, simpático, diligente, con los tiempos de servicio adecuados y la oportuna explicación de platos. Al finalizar la cena nos obsequiaron con petit fours a la hora del café y me sorprendieron gratamente por la ámplia variedad de infusiones posibles (hasta quince distintas)

La carta de vinos organizada por tipos y países, espectacular, a precios de tienda x 1.70, La cristalería de calidad “Spiegelau” y el servicio del vino perfecto, con todos los pasos: presentación, envinando, prueba, relleno, ritmo de servicio… Ámplia selección de vinos dulces por copas. También disponen de las cada vez más habituales carta de aguas.

Muy recomendable, toda una experiencia por aproximadamente cien euros cada com