Tan cerca... y tan cerca.

Añaden distinción a lo que saben hacer bien. Una cocina valenciana con muy buen producto y ejecutada con elegancia.

El ambiente que se respira es de planta baja clásica de la tierra, en el que contrastan las modernas y coloristas láminas.

Mesas bien vestidas, buena cubertería y copas correctas. Me hubiese gustado más estilo en éstas, pero cumplen con un gran número de vinos, la verdad.

Servicio también elegante por parte de Carmen, muy en su papel, haciendo indicaciones que ayudan mucho a determinar el plato.

Nos sacaron como aperitivo unos vasitos de crema de camarón con espuma de patata que tonificaron nuestros estómagos y que generaron cierta ansia en que salieran los entrantes.

Dichos entrantes fueron:

- Croquetas de bacalao. Un clásico en nuestras salidas que nos ayuda a comparar y a confirmar. Éstas estaban muy buenas. Con piñones (mato por ellos), patata en mayor proporción para que no pequen de secas... nada que no pudieras haber comido en tu casa, porque así eran, caseras a más no poder.

- Timbal de esgarrat. Me encantó. Novedoso. Mezclando el pimiento verde y rojo, y de base una crema de berenjena. El resultado era meloso, fino al paladar e intenso.

- Calamar de playa. Se nos ofreció la posibilidad de hacérnoslo rebozado, pero no podíamos renunciar a ese aceitito habitual y disfrutar de la huella de la plancha. Llevaba un picadillo de tomate asado. Ideal.

Como plato principal, dudamos entre el arroz seco de sepia y alcachofas y el caldoso de rape con setas. De normal somos de caldosos o melosos, que así acabó, y encima al decirnos que salía muy perfumado por la Boletus pues ya para qué. Rape fresco como demostró su textura habitual y a la Boletus le acompañaba también la Shitake. Nos aconsejó para dos y se lo agradecimos, comimos sobradamente los tres. Un arroz para deleitarse.

Tomamos un par de postres. Mr. Chocolate se pidió eso, una tarta de chocolate que apenas nos dejó probar. Y nosotros compartimos una torrija caramelizada. Muy buena la torrija, con pan de leche bien bañado y la correspondiente bola de helado. Dulce pero nada pesada.

La bebida en todo momento fue un agua grande, previamente un refresco para el chaval, y una botella de un blanco de Monterrei que particularmente me gusta; Crego e Monaguillo del 2015. Descorchado y dado a probar, con la cubitera a pie de mesa. Acompañó muy bien la comida.

Finalmente los cafés y sin más dilación a disfrutar de un estupendo día. Ni que decir eso que se espera como sentencia al final de toda valoración: ¡Volveré!

  1. #1

    Joan Thomas

    Interesante y apetitoso, me hubiese costado decidirme entre el arroz seco de sepias y alcachofas y el que tomasteis... ;-) Buena experiencia y a buen precio.
    Un abrazo

  2. #2

    Otilio Haro

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Ahí estuvimos unos segundos, dilucidando. Necesitamos un pequeño empujón, no más.

    Un abrazo

  3. #3

    Jansolo

    No lo conocia, pero me parece interesante. Los buñuelos tienen muy buena pinta y la propuesta de los arroces es un poco diferente, me gusta.
    Un saludo.

  4. #4

    Otilio Haro

    en respuesta a Jansolo
    Ver mensaje de Jansolo

    Te gustará, Jan.

    Un saludo.

  5. #5

    JoseRuiz

    Ya ves que yo casi siempre me inclino por el seco...

  6. #7

    JoseRuiz

    en respuesta a Otilio Haro
    Ver mensaje de Otilio Haro

    Especialmente a partir de la 3a copa... :-)

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