Buen género pero raciones escasas

Primera visita a este restaurante/meatbar o como lo quiera llamar la gente. Comentar que es un local especializado en carne con opciones que no se ven en la mayoría de sitios: muy buen género (Angus, vaca Charoleis...) y una carta reducida pero muy bien escogida.

El espacio es original, con una báscula en la entrada donde - a falta de la joyeria Bagués en Barcelona - te puedes pesar cual ternera lechal. El diseño la verdad es que está muy buen cuidado: abunda la madera (la barra es una delicia y supercómoda) y no es nada abigarrado. En las paredes de azulejos están escritos platos de la carta. Abundan los taburetes altos.

Para beber (carta correcta con 3 variedades o así de cada tipo de vino por copas y unas cuantas referencias de botella a precios contenidos) me decidí por un vino de los Abruzos, zona tristemente conocida por el reciente terremoto. Un tinto con cuerpo (4 euros, buena copa y cantidad generosa) servido a temperatura ideal. Para mejorar: una mayor preponderancia de estos vinos respecto a blancos y a cavas.

Empecé con unas croquetas (4) de jamón. Esféricas prácticamente y no alargadas, muy cremosas y de nivel. Algo elevado el precio (8 eur) para un tamaño algo justito. Comentar que hay bastantes entrantes: como 10 fijos y otros variables que se muestran en las paredes.

De plato principal: "onglet", una parte de la ternera cuya traducción al castellano o al catalán/valenciano no la he encontrado. Servida muy poco hecha y ya cortada acompañada de una salsa tipo jugo y una especie de puré de patatas muy escaso. Muy rica y tierna, pero precio algo subido (14 eur) por la cantidad, que calculo en no mucho más de 100 gramos. Un buen punto sería acompañarla de verduras/patatas, ya que sólo estaba recubierta por encima de anillos de cebolla y ensalada.

El pan (1 eur) se paga aparte (buen pan). Para acabar (me quedé con algo de hambre, la verdad) de postre escogí Selva Negra, una versión libre de la famosa tarta en la que el chocolate parecía a un brownie caliente con una crema fría de frutas del bosque con una espuma de nata y canela por encima. Rico pero (para variar...) muy poca ración por 5 euros.

La comida en general muy buena: entrantes originales y carnes de gran calidad, pero el precio lo encuentro demasiado alto (por ejemplo, el cortado sin nada a destacar: 2,10 eur) y de hecho recomiendan entre 2 y 3 platos por persona, con lo que con una simple copa de vino y postre te vas a los 40 euros tranquilamente, no habiendo ninguna opción de menú en un mediodía laborable. Tampoco veo bien cobrar el pan cuando gastas más de 30 euros por cabeza... lo recomiendo para probar ciertos platos pero lo cierto es que sales con hambre. El personal muy correcto y bastante profesional con algunos pequeños errores de coordinación.

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