Nakeima

Comienzo por el final, para ahorrar el trago de leerse toda mi prosa habitual a quien no le apetezca: Mola.

Si queda alguien en la sala, vamos allá con la prosa.

Tiene sus peculiaridades el lugar. Si vas pensando en algo canónico vete despejando el hipotálamo que te puede descolocar. Yo, como suelo ir con las manos en los bolsillos, tan bien me resulta una cosa como otra. Yo, a lo mio, que es disfrutar y eso, lo hice.

Comenzamos con el sistema de reserva. Pueeees no hay. Yo pasé por allí paseando algo más tarde de las 13.30, pedí mesa y me apuntaron. Y ya está, no hay más forma de reserva. A las 14.00 comienza el servicio y para los que están apuntados. Salen a la puerta donde esperas y van llamando; sí, en plan Seguridad Social, y entras. Si queda sitio libre, pues supongo que podrás ponerte a comer, pero si se llena con ese peculiar sistema, pues ya está. No se doblan turnos. Y por turno sólo 20-22 personas. Chimpún.

Barra (con taburetes) en la que nos sentamos el grueso de los comensales y un par más de mesas. Al fondo la pequeña cocina, de la que de cuando en vez ves surgir una llamarada wokiana.

El servicio es amable, cercano sin llegar a ser de ese extraño fenotipo de "palmada en la espalda". Esa actitud de cercanía por su parte, unida a un ritmo de servicio relajado, suave quizá, transmite una tranquilidad a la hora de disfrutar que a mi, al menos, me resultó muy agradable. Además de que al tener continuamente a quienes preparan y montan los platos tan cerca te solventa cualquier duda no sólo del plato si no de cómo hacer alguna cuestión (hubo un momento "apertura de huevos de codorniz para muchos comensales de lo más didáctico" ;-) )

Otra peculiaridad. Como la cocina es pequeña es preferible que pidas todo lo que vas a comer desde el principio, de modo que ordenen las comandas en grupos. Esto es, no empieces a hacerte componendas en el orden de servicio porque les rompes la forma de servirlos y esto llevaría a demasiado retraso. Esto no significa que si quieres comer algo más no lo pidas. No te van a poner problema, pero es posible que tengas que esperar un rato más de lo que ellos también quisieran.
Bien, cuando ya están los comensales acomodados comienza el servicio preguntando qué quieres beber y te cuéntan qué hay para comer, ya que también te indican que tampoco te fijes mucho en lo que aparece en la pizarra, porque esto varía bastante.

Vamos con lo comido. En general, muy bien, una comida sin altibajos y que en términos generales me hizo salir con una sonrisa. Un rollito muy elegante y ligero. Siu mai de papada para comer de un bocado (y por decenas). Los niguiris bien; el de carne me resulta una curiosidad y un punto por encima de los demás me resultó el de sepia con all i oli de jengibre.

Hay un par de platos que siempre que puedo los pruebo. No es que pierda la cabeza por ellos, porque realmente no la pierdo por ningún alimento, pero ya son para mi una suerte del croqueta-tortilla. Ya sabéis, si en algún lugar hacen bien las croquetas y la tortilla de patatas, lo demás dificilmente lo harán mal. Para mi son el tataki de pez limón y las mollejas. En el caso del pez muy bien resuelto. Bien de punto y un exterior de sabor ahumado bien agradable. También muy agradable la molleja en su conjunto. Con un buen contraste entre el arroz, la molleja y el katsuobushi.

Vamos con lo bebido. Como en el caso de la comida, carta no hay, pero igualmente te cuentan qué tienen. Tienen vino por copas, tanto tinto como blanco. Dado el tipo de comida y la época en la que estamos voy directamente al blanco. Ese día había por copas Leirana, Dr. Loosen y Guímaro. Opté por Leirana y Guímaro ya que el básico de Dr. Loosen como que no me va. El servicio nuévamente muy amable y agradable, la temperatura bien y las copas solventes. Pero ¡ay el precio! ¡¡ ay, ay, ay, ay, el precio !! No sé, habrá muchas consideraciones y cada cual tendrá las suyas. Las mías son que la copa de Leirana a 4.4 y la de Guímaro a 3,9 están notablemente bien cobradas. Muy, muy, muy notablemente bien cobradas. Sigo sin comprender como echan las cuentas los restaurantes con esto del vino, la verdad.

En suma y lo dicho, muy bien. Salí con una sonrisa que es de lo que se trata (pese al precio del vino por copas).

La nota total quedó en 39,4 EUR

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar