Nueva visita a este local de sobra descrito en mi anterior crónica, en la que había probado una estupenda carne (chuletón) y me dejé pendiente para un futuro por probar su pescado.
Así que con intención de ello, previa reserva telefónica, vuelvo de nuevo a este local y curiosamente nos acomodan en la misma mesa en la que estuvimos en la anterior ocasión. Para mí con una ubicación perfecta dentro del comedor situado en la segunda planta.

Acto seguido, se acerca el “jefe” del restaurante, Basilio, un hombre cercano y con muchas “tablas”, que comienza a “cantar” todo lo que ese día ha llegado a su cocina. La lista es casi irreproducible por su extensión, así que detallaré lo que finalmente compuso nuestra comida.

Dos comensales:

**APERITIVO (invitación de la casa): varias rodajas de ese chorizo típico de Salamanca, un poco “picón” que a mí particularmente me gusta mucho.

**PIMIENTOS RELLENOS DE TXANGURRO (Plato para compartir que emplataron individualmente): se trata de una de las especialidades de la casa. Un buen pimiento verde relleno de txangurro, cubierto de salsa de txangurro y acompañado de un langostino cocido. Realmente rico. El único pero a este plato es que mi acompañante encontró un buen pedazo de cáscara del crustáceo escondido en el relleno de su pimiento y la dio un buen mordisco…un fallo de cocina que por suerte no generó daños en su dentadura. 18 € (VER FOTO)

**TXIPIRONES FRESCOS SALTEADOS CON KOKOTXAS: (plato también a compartir que emplataron de nuevo individualmente): este plato resultó exquisito. El txipirón marcado por la plancha con todo su jugo acompañado de unas kokotxas pasadas también por la plancha que estaban deliciosas. Solo hay que ver la foto para hacerse una idea. 12 € (VER FOTO)

**LENGUADO: estupenda pieza de lenguado, le calculo 1,2 Kg, traído a mesa en una enorme bandeja. Se le sacan los lomos que tienen un tamaño espectacular y lo demás es comer y callar. Pescado en su punto que nos encantó. Te dejan la enorme bandeja en la mesa para que se pueda dar buena cuenta también de las espinas y del jugo del pescado. 50 € (VER FOTO).

Con el enorme lenguado saciamos toda nuestra hambre y terminamos la comida con dos cafés solos, que aquí los ponen ricos.

**VINO:
He de decir que no tiene una carta muy elaborada. Está compuesta principalmente por Riojas y Riberas que es lo que más se demanda entre sus comensales. En esta ocasión, no elegí el vino yo, sino que lo hizo el compañero con el que compartí mesa. Para no sacarle de su A-B, pidió un tinto Rioja, CAMPILLO crianza 2009. Yo ya lo había probado en alguna otra ocasión y está rico, aunque he de reconocer que no fue el mejor compañero de todo el producto de mar que degustamos. Servicio del mismo que en esta ocasión deja que desear, apertura de botella y botella al centro de la mesa. Nos lo servimos nosotros en unas copas aceptables. La temperatura fue la adecuada.

Al igual que con el vino, el servicio de mesa en este caso (que no en la vez anterior) un tanto atropellado, sin ningún protocolo y con sensación de prisa ya que tenía que cubrir más mesas de las que serían deseables para un solo camarero. Aun así, no faltó nada en la mesa durante la comida y los tiempos de la misma fueron correctos.

También se bebió una botella de agua de litro.

PAN: bollitos de chapata ricos sin más. En este local el pan NO SE COBRA.

La cuenta ascendió a 107 €.

Tras esta segunda visita, he de decir que tanto la carne como el pescado en este local son un valor seguro. Se preparan de forma tradicional y uno no se va a llevar ninguna sorpresa…se va a lo que se va, a disfrutar de un buen producto.

Nota: todos los precios indicados son Iva Incluido.

Estupendo local ubicado en un caserío de nueva construcción junto a las pistas de conducción de Artxanda. Amplio parking y estupenda terraza exterior cuando la climatología acompaña. El edificio interiormente se distribuye en dos plantas.

Había reservado por teléfono para evitar sorpresas; se trata de una comida de trabajo para dos personas. Llegamos sobre las 14,15 horas y nos ubican en la planta superior. A nuestra llegada 3 mesas ocupadas aunque posteriormente se llena completamente. Mesa con mantel de tela, buena cubertería y buenas copas tanto para el vino como para el agua.

Se acerca el responsable del local y tras saludar amablemente nos comienza a cantar todo lo que tiene, que es mucho: boquerones, menestra, navajas, ensaladilla rusa casera, pulpo, almejas, quisquillón, ensalada de tomate, calamares rebozados y un largo etcétera, además de pescados y carnes varias.

Pedimos lo siguiente, todo para compartir:

1-Ensalada de tomate, atún, cebolleta, huevo y patata cocida. Sabrosa, ligera.

2-Navajas a la plancha. Exquisitas navajas salteadas con buen aceite que se hacía notar. Ni rastro de arena.

3-Chuleta a la piedra. Una pieza de muy buen tamaño, carne con potente sabor y muy tierna. Nos encantó.

Para acompañar la comida agua y un tinto Rioja, concretamente Fernández de Piérola, Crianza 2009. Muy buena temperatura. Ya lo había probado en varias ocasiones y acompañó la comida a la perfección.

Postres caseros que no pudimos probar ya que estábamos llenos.
Tomamos para finalizar dos cafés solos bastante ricos.

Todo lo descrito ascendió a 106,70 €, en mi opinión bastante ajustado para lo degustado.

Un lugar recomendable que ofrece buena materia prima sin pagar primadas.