Gran opción de gastrobar con una cocina de buen restaurante.
Como comentas un cambio con buen crecimiento y abarcando también la opción de gastrotapas con una buena ubicación.
Saludos
Una muy grata sorpresa
Tenía pendiente la visita al Bisbe, localizado en uno de los lugares más bellos de la ciudad desde mi punto de vista. Creo que Juan Carlos acertó 100% con el cambio de localización de Abadía d’Espí a la Plaza del Bisbe y anoche pude comprobar que también lo ha hecho con su nuevo local.
El emplazamiento es excelente. La entrada al local, con dos mesas imitando un “cenador” de verano, una de ellas en la esquina mismo, con ventanales abiertos que ofrecen vistas del Arzobispado, Miguelete y puerta de atrás de la Catedral. Entrando la noche se ilumina la Plaza y al fondo el Miguelete emerge iluminado… discutible, si… pero para mi uno de los mejores lugares de Valencia.
El local es entrañable, las maderas lo convierten en cálido, la mesas adecuadamente vestidas, la vajilla correcta. Los vasos de agua de colores dan un toque fresco a la mesa. Tuvimos la suerte de poder sentarnos en la esquina exterior con vistas. Aunque aún hacia calor al inicio de la cena, la temperatura fue bajando conforme anocheció y fue perfecta el resto de la velada.
El trato del personal del local: exquisito. Nos sentimos “arropados” en todo momento, atendidos con diligencia y simpatía y adecuadamente informados del producto y recomendados.
El agua: Lunares, manantial en Jaraba (Valle de Mesa, Monasterio de Piedra). Imagen gráfica de la botella muy original, diseñada por Isidro Ferrer.
El vino: un blanco 100% verdejo que ya había probado “El perro verde”, un buen blanco con un excelente precio de descorche que no supera los 13 euros. Es de agradecer el esmero y cuidado de quien nos sirvió el vino que estuvo pendiente de que no faltara hielo para refrescarlo y lo cambió incluso en dos ocasiones durante la cena.
La carta está correctamente ordenada y pensada para “dejarse llevar” del picoteo a la cena con facilidad.
Tomamos:
- Patatas bravas. Soberbias. Blanditas por dentro, adecuadamente crujientes por fuera, impregnadas de salsa de tomate y con un ajoaceite casero por encima para ponerse a llorar. Empezamos con ellas y no pudimos resistir la tentación de pedir una segunda ración de lo que nos gustaron.
- Langostinos rebozados, ligeros, cubiertos de sésamo y acompañados de un acertado aceite. Muy buena materia prima.
- 4 “puntitas” (opino que son el mayor acierto del local), dos de revuelto de tomate con ajetes (como el que me hago en casa pero con un poquito de sal menos ;) ) y dos de tartar de salmón con aguacate (el aspecto visual no hace honor al sabor fantástico de la mezcla). Me quedé con ganas de probar el “blanc y negre” con habitas tiernas. Lo dejo para proximas ocasiones.
- “Pescaito planchao”, exquisito el taco de atún en su punto exacto, excelente la merluza y la pescadilla, deliciosos los camarones, fresquísimos los gambones (echamos en falta que fueran 4, ya que eramos 4 comensales y tuvimos que repartirlos muy a nuestro pesar).
- Tarta de chocolate sobre sopa de frambuesa y sorbete de manzana verde con calvados, de postre. La tarta excelente, el sorbete pasable. Cafés por encima de la media, muy recomendables.
Aproximadamente 25 euros por cabeza, precio más que razonable para el festín. Sin duda, volveremos. Enhorabuena Juan Carlos.
Recomendado por
1 usuario