Cenar en el casco antiguo de Badajoz

Callejeando por el centro de Badajoz descubrimos este local que desde fuera parecía tener un trato especial por el vino, además de ofrecer un local climatizado en una noche donde estábamos a más de 40ºC.
El local es relativamente pequeño, con una larga barra y algunas mesas al fondo, aspecto bastante limpio y servicio amable y atento. Tomamos unas croquetas caseras bastante ricas, unos boletus con torta del Casar, el plato que más me gustó de la cena. Aunque creo que se trataba de Bolletus pinicola, y no del exquisito edulis, el sabor era realmente bueno, y la combinación con el queso perfecta, maridaje del que dudaba nada más leer el plato en la carta. Pedimos además unas alcachofas rellenas de carne con una crema de almendras, también un plato bastante bueno y que nos recomendaron en el restaurante. No sé si se trata de un plato típico de la zona pero lo cierto es que es un plato sencillo pero muy bueno. Acabamos con un solomillo de ternera retinta de la zona para compartir, buen punto y carne de buena calidad.
Tiene una carta de vinos sencilla pero bien escogida, con algunos vinos por copas, sobre todo de la zona, por lo que permite tomar un buen vino en unas copas correctas.
Servicio eficiente y siempre atento.

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