Restaurante Le Due Isole en San Teodoro (Cerdeña)
Restaurante Le Due Isole
País:
Italia
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
39,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
39 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
5.0
Precio medio entorno ENTORNO
4.0
RCP CALIDAD-PRECIO
4.0
Opiniones de Le Due Isole
OPINIONES
1

En San Teodoro, una bonita localidad que marca el final o el comienzo, según como se mire, de la famosa y glamurosa Costa Esmeralda, en el noreste de Cerdeña.

No teníamos pensado comer en esta población, pero se nos hizo la hora y no nos quedó otra.

Sin referencia alguna, entramos en Le Due Isole, un establecimiento que nos atrajo por su terraza acristalada colgante en el primer piso. Se accede a ella desde la calle por una escalera metálica en espiral.

Es un local alargado, con las mesas dispuestas perpendicularmente y pegadas al cristal en forma de módulos con capacidad para 4 personas. Perfecto, éramos 4.

Ése es el único encanto del restaurante. Las vistas… creo que a lo lejos se divisaba el mar, pero lo más próximo era un solar en obras. Por otro lado, no se percibía nada cuidado. Pero se estaba relativamente fresco y nos daban de comer (eran casi las 15.00 y en Cerdeña comen prontísimo y cierran cocinas también prontísimo).

El primer camarero que nos atendió era de gesto adusto e iba literalmente rebozado. No sé si es que era el que amasaba las pizzas, pero el tipo llevaba un uniforme negro que se había convertido por arte de magia en blanco.

A mitad de servicio entró en escena otro camarero que tampoco era la imagen de la pulcritud, pero al menos era simpático y hablaba con cierta soltura el castellano.

La carta de este ristorante-pizzeria era la propia de la cocina tradicional italiana enfocada al turismo.

Los “mayores” tomamos, para compartir, siempre compartimos (compartir es vivir, ¿no?):

De entrantes:

Frittura mista. Un mix de fritos de calamares, gambas, anchoas y algún otro pescadito.
Bavette San Teodoro. Una especie de espaguetis con cigalas, almejas y pistachos.

De segundos:

Baccala e coda di gamberoni in pastella. Bacalao y colas de langostinos rebozados.
Scaloppine ai fungui. Escalopines en salsa de champiñones.

La frittura estaba rica: buenos pescaditos y el calamar, era calamar. La pasta (bavette… ¡hay que ver la cantidad de nombres que le dan los italianos a los espaguetis!, para mí -en mi ignorancia que asumo y reconozco- son todos iguales) nadaba literalmente en aceite, pero estaba buena. El bacalao era como un buñuelo, aceitoso, aunque también sabroso, acompañado de langostinos enteros fritos y rebozados, con la cola pelada. Y los escalopines, se dejaban comer. Quedamos algo empachados de aceite, como las mesas, las sillas, los camareros…

Pero… ¡ahí estaba nuestro héroe, el audaz vermentino, para salvarnos de la grasa y ahogar nuestras penas! En esta ocasión, un Costamolinos 2012, un Vermentino di Sardegna de Argiolas, una de las bodegas que más presencia tienen en los restaurantes de la isla, con estupendos blancos como éste. Copas pésimas. Sin embargo la carta de vinos tenían alguna cosita como el mencionado Costamolinos.

El postre y el café, preferimos ir a tomarlo a alguna heladería artesanal de la zona de playa.

Bueno, pues algo pringosos… pero de alguna manera salvamos el break.

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