En la zona del centro de Salamanca, rodeado de mucho bar y terraza típica, se desmarca este agradable establecimiento. Conociendo como somos los veremeros, y viendo la oferta vinícola que suele haber casi se hace de imprescindible paso, bien para comer, cenar o para tomarse algo antes de ir a otro lugar.
Bar con terraza, de aspecto sencillo. Lo curioso del local son, unas buenas raciones/tapas muy bien preparadas y sencillas, por otro lado una buenísima variedad de vinos por copas, buena cristalería y muchísima amabilidad de su propietario Luis de Andrés.
En la carta/pizarra unos 8-9 vinos blancos (algún blanco extranjero y riesling), unos 10-12 tintos abiertos por copas y con representación de todas las DO (desde baleares a Galicia pasando por el medio).
De picar un solomillito bien preparado con buena sal y por otro lado un platito de chipirones. de postre un helado casero.
De vinos degustamos un Libalis de Maetierra, Romanico, Treintamil Maravedíes.
Amabilidad y ganas de hacer algo diferente y ofertar vinos poco habituales por copas.