Buen progreso

Tras la cuarentena de dias necesaria para pasar la enfermedad de inicio en el que las cosas van ocurriendo por primera vez, parece que se va asentando y mejorando. Mesas más vestidas, mejores copas, carta de vinos corta pero más interesante. Mejorada vajilla. Mucho mejor emplatado... se nota progreso.

Cinco comensales de buen comer que no quieren pasar hambre (ni sed) y con un tope de gasto de 15 euros es el reto. De entrada unos vasos planos y bajos de cerveza con poca presión y es que esos vasos están hechos para poner los huesos de las aceitunas pero no para cervezas pues hay poca cantidad, no se puede poner presión y se desventa rápido. Las siguientes (3) cervezas de barril ya fueron otra cosa: vaso adecuado, presión y espuma. El vino tinto Valdimojenes, un Ribera básico para cumplir en precio servido a buena temperatura. No hubo agua.

En el tema alimentos: entrada de tomate, algo verde (¿si el verde vale igual que el maduro porque tenerlo verde?), cebolla cortada fina y una ventresca aceptable, en buena ración. Un correcto pan rebanado y tostado para mitigar el hambre inicial.
De segundo entrante ya vamos con contundencia: un cuenco al centro con abundantísimas patatas laminadas y tostadas, crujientes y sabrosas hacian de lecho a un cuchifrito en trozos pequeños y que el calor fué secando un poco de más; coronando el plato un enorme huevo frito (claras unidas) con 7 yemas. Ideal para hacer huevos rotos y comer con las papas y bocadito de cuchifrito para apoyar.

De principal rabo de toro estofado. Muy bueno, bien guisado, salsa espesa y en su punto de especias, bien presentado en plato con patatas paja, buena ración. A mi no me tocó rabo, debió ser la 4ª lumbar porque el tamaño no me cabía en la mano. Hubo quien declinó el rabo y se fué por un plato de chistorra y morcilla de Burgos también con patatas paja.
Para apuntillar el hambre unos trocitos de tarta casera de arándanos y pudding. Unos cafés, dos copas de magno, un carajillo y una cata de ron completaron la fiesta que apenas duró una hora dada la rapidez del servicio.
Alguna falta en licores solicitados denota quizás demasiada esclavitud en proveedores, pero es necesario que en margenes de precio tan ajustados, los costes tienen que apretarse.

Tras una prueba a carta, un menú barato de medio día y una cena negociada parece que denota progreso en la cocina y el servicio. Lástima de la coyuntura actual.

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