Con las 3 referencias de los más importantes clásicos veremeros, todos en positivo en la puntuación de comida y precio, no tiene que ser casualidad. Además tiene un reciente solete Repsol como otra buena referencia, así que había que ir aunque solo sea para comprobar su autenticidad. Aquí viene lo difícil: poder reservar: porque no cogen el teléfono ni los recados del contestador. Hace más de un año conseguí reservar y me anularon la reserva por viaje inesperado del dueño y cocinero del local, así que tras posteriores intentos frustrados y dado que en agosto solo abren de 13.30 a 15.30h pues hubo que ir en ese horario para reservar para otro día porque siempre está lleno.
El local es el espacio típico de un bar de barrio, en forma alargada con 7 mesas (4 de 4 y 3 de 2 comensales) con la barra al fondo del lado izquierdo y la cocina en la trasera. El matrimonio se basta y sobra (eficiencia asiática) para dar servicio a todos (el en cocina y ella en sala), y de forma rápida porque antes de las 13.30h el dueño ya se ha ido tras un pequeño paso por las mesas para comprobar como ha ido todo; ella es amable, cercana, veloz como el viento y te avisa en cuanto has pedido lo que ella considera excesivo; ésto ya lo puede comprobar en Seúl y aquí hay que esperar a estar a mitad comida para encargar un extra porque antes no te dejan. Basta ver el morfotipo a un coreano para entender por qué están delgados.
El exterior es el típico local que pasas de largo. En el interior unos toques coreanos en la decoración del local con unas mesas y sillas tipo castellano de bastante amplitud, manteles de papel y palillos (cubiertos bajo demanda), copas muy mejorables y vajilla con toques asiáticos esperan con impaciencia la llegada de clientes que hayan encargado mesa (si no reserva, no hay mesa) y ¡¡ a saber como lo han hecho !!.
La carta de comidas tiene variedad de platos de cocina coreana, nada de cocina fusión, solo autenticidad; hay unos cuantos (muy recomendables) que requieren encargo previo con la reserva (¡¡ más difícil todavía !!). La carta de vinos tiene menos y peores vinos que hay en cualquier casa de un no bebedor de vinos pero hay cervezas inclusive una coreana y por ella empezamos: Cass bastante buena y recomendable; también una de agua sin gas grande; luego seguimos con el único blanco: Viña Mayor verdejo 2021 que para ser el único blanco es de cosecha de hace 2 años, así que mucha salida no tiene; vino bien de temperatura y con un enfriador de camisa casi congelado por lo que aguantó muy bien; su servicio fue presentación descorche y al enfriador.
Cuatro para comer pensando en 8 platos (2/persona) ya que las raciones recordábamos que no eran muy amplias. Los platos encargados fueron:
. Kimchi Kim Bap: arroz con carne y verduras con kimchi envuelto en algas nori (a modo de maki), 3 por persona; acompaña un platito con salsa de soja. Imprescindible por su tipicidad coreana.
. Jjajang Myeon: por un error nuestro no se quedó encargado pero tuvimos suerte ya que había el encargo en otra mesa y nos lo pudieron preparar. Son unos tallarines con verduras en diferentes texturas y con una salsa típica coreana casera que es una pasada de mezcla de sensaciones con lo que empiezas a creerte lo de sus 6 sabores (dulce, salado, amargo, picante, ácido y áspero) que significa su nombre: YukMi.
En el momento pedimos:
. Kun Mandu: unas empanadillas, más bien gyozas, bien preparadas y rellenas y hechas en plancha. Muy recomendables (bien éstas o bien las mismas hechas al vapor).
. Bindae Douk: a modo de tortita (2 unidades) hecha con soja y verdura que va a servir de pan para la comida aunque sin poder usarla para mojar.
. Bibim Bap: arroz suelto con verduras, con o sin picante, con un huevo frito que ella rompe en la mesa. Muy bien.
. Ojingeo: salteado de calamares y verduras de nuevo con esa salsa casera que es un potosí; lo pedimos sin picante por mayor consenso pero si se añade algo de rock and roll al plato debe ser le repera. Si o sí hay que probarlo.
Con todos los platos ya servidos aunque no comidos porque de cocina salen más aprisa de lo que eres capaz de comer, y porque no nos dejaron encargarlo en la comanda, pedimos como extra:
. Bulgogi: filetes muy finos de ternera hechos en la plancha de gas en la mesa. Nos recordó mucho los locales de barrio en Seúl donde cada mesa tenía una campana extractora que te bajaban a modo de muelle cuando te traen la pancha a la mesa, solo que aquí ella te acaba de preparar la carne a su gusto de punto (no está mal de punto); por supuesto lleva su poquito de verdura y su poquito de salsa. Muy bien.
. postre (única opción): crema de yogur con miel y nueces: 3 elementos que no pueden faltar en una dieta, así que vamos con ellos; aquí si nos dejan pedir uno para cada uno (se me olvidó hacer foto). Más que bien.
No hay cafés porque cierran enseguida y además el cocinero, tras saludar a las mesas, ya se ha ido.
Muchas cosas se quedaron por probar y por recordar del viaje a Corea del Sur, así que no hubo más remedio que encargar una nueva mesa, antes de levantarnos, porque luego pasa lo que pasa... ¡¡Ah!! Y encargar ya los dos platos que luego no están preparados.
kimchi kim vap
jjin mandu
bibim bap
jjajang
ojingeo
bulgogi
Un 10 en comida es mucho decir, tomo nota, me encanta la comida asiática. ¿Sabes si en septiembre amplía el horario? ¿Fines de semana?
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Personalizar”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.