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Ubicado en la nave industrial de estilo modernista de la antigua Destilerías Gerunda donde como su nombre indica se fabricaban destilados y que posteriormente se reconvirtió en un distribuidor de vinos y licores con el nombre de El Magatzem del Pont, la entrada al restaurante es por la tienda de vinos donde puedes pasar un buen rato viendo todas las referencias allí disponibles, en la sala adjunta se halla el restaurante que conserva una de sus paredes con el ladrillo original y el techo con las clásicas "volta catalana". De estilo minimalista sin apenas decoración, con unas pocas mesas y una gran mesa central con taburetes altos con una capacidad para unos 20 comensales, mesa que también se utiliza para las degustaciones y catas de vino. Dispone además de una sala anexa que se utiliza como reservado y que tiene una capacidad aproximada para 10 plazas.
Justo a la entrada del comedor hay dos dispensadores de vino que ofrecen una selección de 4 blancos y 12 negros. Con una tarjeta que tiene un coste de 20€ puedes en plan autoservicio probar todos los vinos que te apetezca, por supuesto cada uno tiene un precio diferente y puedes degustarlo en dos medidas 0,50 y 100 cl.
Otra muy buena opción en el tema del vino y que se refleja directamente en el importe de la cuenta final es que puedes pedir cualquier vino o cava de los que dispone la tienda al precio de tienda con un suplemento de 2,60€ por botella 3/4 y 5,20€ por botella magnum y 0,65€ por comensal por servicio de copa.
Otra opción es traerte tu mismo el vino en cuyo caso también te cobraran lo anteriormente expuesto solamente con dos condiciones añadidas, que el vino que llevas no está disponible en la tienda y que el sumilier pueda degustar una copa.
Tras esta larga exposición de presentación paso al describir la comida, el aperitivo fué unas finísimas láminas crujientes de pan de tomate acompañadas de un vermut de Falset, los primeros los compartimos y consistieron en un carpaccio de pies de cerdo con setas y un royal de parmesano con cebolla, muy bueno el carpaccio y sublime el royal. Coincidimos en los segundos que era uno de los platos del día, pescado de roca que al preguntar que tipo de pescado era resultó ser cap roig (escórpora) hecho al horno acompañado de unas finas patatas panadera y pimiento morrón, cocción acertada.
Buen servicio de pan.
Raciones algo justas, incluso algunos platos están agrupados bajo el título: Medias raciones y un poca más.
De postre también compartido tomamos una muy buena y diferente crema catalana de naranja.
El vino recomendado por Jordi, sumilier y que ejerce de jefe de sala fue un Edetana blanc 2011 de la DO Terra Alta servido en copas Schott.
Dos cafés.
A destacar los conocimientos de Jordi sobre vinos y su gran pasión por ellos, también la atención que dispensa a los comensales.
Buen servicio en general.

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