Curioso local a en la carretilla que va de El Plantío a Majadahonda, paralela a la vía del tren.
Un local grande en un edificio totalmente blanco, encalado, de formas redondeadas, tipo ibicenco. Por dentro mantiene ese estilo, y a la entrada dispone de una gran terraza muy fresca, con mucha vegetación.
Era una tarde-noche calurosísima y nos acomodamos en la terraza dado el delicioso cambio térmico que se experimentaba ahí. Está colocada con gusto aunque con pocos medios. Mesas y sillas de plástico, vajilla, cubertería y mantelería correctas sin más, cristalería mejorable.
La carta, informal, está bien pensada y estructurada. En un solo folio (rígido, acartonado) se contemplan todas las referencias. Tienes unos entrantes sin precio marcado y luego tres bloques de principales (uno a 18€, otro a 21€ y el último a 24€). El precio de los principales incluye un entrante, de modo que te puedes conformar tu propio menú personalizado a uno de los tres precios comentados.
Éramos 6 y pedimos un entrante cada uno para sacarlo al centro y compartirlo. En la carta había un plato que nos llamó la atención: “Nuestro gazpacho, quizás el mejor de Madrid”… Como éste no es un plato para compartir, le pedimos que nos sacara un chupito a cada uno para probarlo… No sé si es el mejor de Madrid pero estuvo muy rico, a caballo entre un gazpacho y un salmorejo. Un detalle que además no nos cobraron.
Entrantes:
• Alcachofas a la plancha con aceite de sésamo y sal maldon.
• Tabla de fuet con pan tumaca.
• Croquetas caseras de jamón.
• Calabacines rellenos de bacon y champiñón con salsa pommodoro.
• Espárragos trigueros a la parrilla.
• Rollitos de primavera con verduras e ibérico.
De segundo yo me decanté por:
• Bienmesabe de pollo con guarnición de mango y mayonesa de wasabi.
Y de postre:
• Sorbete de limón con gin tonic gelé.
Una cocina mediterránea con alguna veleidad en su elaboración, muy resultona. Cenamos muy a gusto. Todo estaba rico y bien presentado.
Destacar el bienmesabe, con ese adobo tan andaluz, el del cazón, pero ahora con el pollo, guarnicionado exóticamente con el mango y el wasabi.
La carta de vinos, muy corta, y su servicio mejorable por la baja calidad de las copas y la inexistencia de mimos. Tomamos un par de botellitas deViñas del Vero Chardonnay 2011.
Servicio adecuado en dotación, simpático, dispuesto y rápido.
Interesante opción en esta zona.
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