Restaurante ubicado en el centro de El Plantío, a la vera de una carreterilla muy transitada en horas punta que une esa localidad con Majadahonda.
Goza de unas buenas instalaciones, con una sala interior moderna y agradable, y una gran terraza cerrada de sólida construcción, con materiales de calidad.
Nos acomodamos en ella, pues hacía una buena noche.
Carta amplia poblada de referencias que podíamos calificar como cocina de mercado con cierto toque.
Ya cuando entré les comenté a mis compañeros que no parecía haber mucha dotación de servicio (sólo había un camarero) pero imaginé que estarían por ahí o llegarían refuerzos, pues había varias mesas ocupadas, todas ellas sin nada servido todavía.
Tardaban en tomarnos nota y le pregunté que si es que estaba sólo, a lo que contestó que sí, que es que no se esperaban tanta gente un martes.
Soy muy benévolo con estas situaciones, pues supongo lo complicado que debe ser tener los suficientes recursos disponibles sin ser pitonisa, pero… ¡Qué poco cuesta avisar al cliente!. “Disculpen, estaremos encantados de atenderles, pero les anticipo que lamentablemente tardaremos más de lo normal en servirles porque no esperábamos tanta afluencia y no tenemos a estas horas la posibilidad de avisar a algún otro camarero”. Si te dicen eso, pues o te quedas, o no te quedas, pero si lo haces lo haces ya sabiendo lo que te espera y además agradecido de que te hayan avisado.
Pero no, que va, aquí no lo hicieron.
Un par de mesas se fueron antes de que les tomasen nota. Nosotros estábamos muy cansados y preferimos “jugárnosla”.
Nos salió mal. Cenamos bien, pero llegamos a las 9 y salimos pasadas las 12, cuando teníamos relativa prisa por volver pronto al hotel.
Tomamos, al centro:
• Croquetas de salteado de setas y trufa.
• Parrillada de verduras con parmesano, trufa, calabaza y tomate deshidratado.
• Berenjenas en tempura para mojar en salmorejo.
• Pulpo braseado sobre puré cremoso y ajada gallega.
Y de segundo, individual:
• Atún rojo vuelta y vuelta con verduras baby y brotes de espárragos fresco.
Y el caso es que, como digo, todo estaba bien concebido y bien cocinado, hubiera sido una buena cena pero… se arruinó.
En cuanto al tema vinos, bebimos un par de botellitas de Castell de Raimat Chardonat 2010, sin servicio alguno.
Tomamos unos GT bien puestos en lugar de postre.
No vuelvo. Hay muchos restaurantes en el mundo que están deseosos de que entres por su puerta e iré a cualquiera de ellos antes de volver a éste.
Como decía, si me hubiesen avisado… Otro gallo hubiera cantado.
P.D.: el entorno es de 7 o incluso más, pero lo califico con un 4 pues incluyo en este apartado el servicio (que por cierto, se esforzó lo que pudo el hombre… pero… no avisó)
El servicio en muchos casos lo es todo. Sergio (Kintiman) te puede contar que hace una semana aprox. estuvimos esperando tranquilamente 40 minutos para conseguir una mesa pero el servicio agradable compensó todas las esperas con creces y salimos encantados.
Saludos!
Pues tienes toda la razón. Los tempos pueden llegar a desquiciar.
En nuestro caso, como somos comensales diesel, no nos suele afectar pero hay que reconocer que te puede romper la experiencia.
Jo presi! Pues para quererle pasar de un 7 a un 4 en entorno... lo has dejao en un tembloroso 3.
Vuelve el hombre de negro ;-)
Esos fallos son inadmisibles y hasta una buena cocina no te parece tan buena, porque lo mas evidente es que un mal servicio te descentre y no estés por lo que tienes que estar, que no es otra cosa que disfrutar del momento.
Ea, tachón en mi agenda para dicho sitio ;-)
Ahí le has dao! Todo depende de la actitud!
Pues sí! Y ya te digo que el tipo curraba bien, pero... No avisó
Estoy de acuerdo con todo lo que comentas.
Pero me acuerdo de esa frase que he oido siempre "la hosteleria es muy dificil". Y te pregunto ¿con pequeñas cosas serian menos dificiles?
Jeje, ya sabes que mi respuesta es "sí".
Tal como digo en la valoración, si me dicen:
“Disculpen, estaremos encantados de atenderles, pero les anticipo que lamentablemente tardaremos más de lo normal en servirles porque no esperábamos tanta afluencia y no tenemos a estas horas la posibilidad de avisar a algún otro camarero”.
Pues todo hubiera cambiado esperásemos lo que esperásemos. ¡Tan sencillo como una puñetera frase!
Pero... ¿qué pasa? Que si dicen eso se arriesgan a que alguno se vaya y no hagan caja.
Pan para hoy y hambre para mañana.
Jeje, sí, la verdad es que como éramos un grupo muy bien avenido, todos colegas del trabajo además, pues los de fuera de Madrid, por la noche nos íbamos a cenar bien.
Hemos hecho muy buenas migas.
Hemos ido a bastantes sitios. 5 semanas dan para mucho!
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