Genuino y auténtico

Ubicado en el exclusivo campo de golf Escorpión, a pocos kilómetros de Valencia, está este restaurante formando parte de lo que fue la residencia de verano del Marqués de Dos Aguas, una preciosa casona situada que comparte espacios con las instalaciones propias de los socios del club de golf. A su alrededor y desde los ventanales se ven a los golfistas caminar por las calles de los hoyos, y que en el día de hoy, y a medio día, van a pasar calor de verdad. El restaurante dispone de varias salas siguiendo la estructura de la casa antigua, lo que, aparte de la sala principal del comedor, deja otros apartados de reservados. Estuvimos en una amplia mesa redonda teniendo buen espacio entre mesas bien vestidas, poca presencia de ruido de fondo, buenas copas, vajilla y cubiertos correctos.

Paco Aviñó proveniente del antiguo Genuí de Catarroja practica una cocina basada en producto de calidad y de temporada con unas presentaciones actuales. en la que prevalece la buena materia prima de temporada y el buen trato hacia ella, mucha delicadeza y mimo. No renuncia a utilizar especias de la India ni a reinterpretaciones de platos clásicos de cocina mediterránea ni por supuesto renuncia a una base de la carta con arroces y fideuás con su toque personal. Los socios disfrutan de un 10% de descuento.

En el apartado de la bodega tienes amplia variedad de vinos de diferentes rangos de precios con predominio de valencianos, Ribera y Rioja con alta presencia de vinos clásicos y escasos vinos poco frecuentes; cuenta con un apartado titulado "rondando los 100 puntos Grandes Vinos Clásicos" (Valbuena 5º año 110€, Flor de Pingus 130€...). Elegimos varias de agua con gas (San Pellegrino) y de vino, un blanco Chablis La Sereine de Borgogne (25€) sencillo y cumplidor y rematamos con un buen cava Privat Laietà brut nature 2014 (25€) del que me gusta hasta su botella. El servicio de vino dado a catar y mantenimiento del servicio durante la comida, sin apretar y con buena temperatura.

A la hora de comer tienes opción de 4/5 menús desde 19€ a 44€ en función de la cantidad y calidad de los platos. La carta propiamente dicha dispone de muchos, pero que muchos, entrantes con guiños a cocina asiática y una gran parte de cocina mediterránea; un apartado importante en arroces (melosos y secos, diferentes entre sí) sobre 11-16€ y fideuás (hasta 9 diferentes) sobre 11-13€; un par de carnes y sobre todo otras carnes especiales (waghyu, angus, pastuense de León) entre 14-27€; unos pocos pescados salvajes entre 13-17€: postres variados con amplia oferta de helados y tartas caseras entre 4-5,5€. Curiosamente los entrantes al centro varían de precio en función del número de comensales por lo que se adecua la ración, lo cual parece muy razonable. Optamos por la extensa carta, o mejor, porque decidiera él y nos puso sobre la mesa para compartir entre los tres:

. unas cañas de cervezas de entrada para unas aceitunas en lata a compartir, muy buenas.

. calamar al wok con apio, sésamo, unami y pakchoi (9-14€ según tamaño): el calamar troceado, hecho y servido al wok con la compañía de verduras que aportan sin perderse el elemento principal.

. alcachofas en tempura crujiente con crema de trufa (7-13€): un buen producto con una versión sorprendente quedando una textura más que crujiente. Muy recomendable.

. erizo relleno al estilo San Francisco (3,6€): viene a quedar como el interior de un centollo, muy bien de sabor y textura aunque el sabor del erizo se pierde; aun así es interesante.

. vieras salvajes con teriyaki de puerro (5€ x 2): unas enormes y tiernas vieras con una salsa de soja que complementa bien.

. patatas bravas a nuestro estilo (7-12€): muy tostadas y punto de picante elevado. Desde luego son diferentes, crujientes, sensación de aceitosa de la fritura cuando comes varias aunque no se palpa el aceite.

. fideuá tradicional de carne de puchero (13€): fideo fino, con los ingredientes de puchero tales como garbanzos, pelota (en láminas), morcilla... Contundente plato, en amplia ración servida en paella o emplatada, intenso sabor, capa muy fina y perfecto punto de cocción de la pasta. Recomendable sin duda.

. postre: tarta de la abuela (5,2€), un clásico de tarta de galletas bañadas en café y con mantequilla y chocolate en medio de las capas. Muy bien presentada, sin desmocharse, sabrosa, sin sobrecarga de azúcares.

Sobre la mesa varios aceites: Barranco de Tagarina, Lágrima, Finca Calvestra; unas sales y un buen pan propio. Rematamos con buenos cafés y muchos comentarios sobre cuando habrá que volver porque aquí puedes venir muchas veces sin repetir ni platos ni vinos. A tener en cuenta que, como no hay clientes del club, que son muy mayoritarios, por las noches no abre.

 

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Joan Thomas

    Interesante y a precios muy comedidos. Vamos que seguro que vuelves ;-)
    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Estuve hace muchos años y me sorprendió para bien. Le había perdido la pista y cuando me comentaron de ir, caía en la cuenta.... Un acierto como verás por la spuntuaciones de Verema.
    Saludos

  3. #3

    Joan Thomas

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    Efectivamente tiene un historial muy bueno en Verema.
    Saludos

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