Paco Aviñó continua en la línea de Genuí Catarroja, cocina en la que prevalece la buena materia prima de temporada y el buen trato hacia ella, mucha delicadeza y mimo.
La ubicación en el Club de Golf Escorpión mucho mejor.
El restaurante está ubicado en lo que fue la residencia de verano del Marqués de Dos Aguas, una preciosa casona situada en un entorno privilegiado y relajante.
Consta de varias salas que permite ubicar a la clientela según el número de comensales. Así hay pequeñas salas disponibles para grupos y pequeñas celebraciones, en las que poder disfrutar del día sin molestar al resto de clientes.
Teníamos ganas de probarlo todo, aunque era imposible, así que nos decidimos por uno de los menús.
Tras preguntarnos por nuestras preferencias y si había algo que no nos gustaba o no podíamos comer, nos confeccionó un menú a medida. En mi caso, más marinero.
Para "regar" los platos elegimos un Cava, un Agustí Torelló Mata Reserva. Buena elección, sin lugar a dudas.
Las entradas fueron:
Vieiras salvajes plancha en suquet.
Anémonas de mar en témpura con mojo rojo y verde.
Carpaccio de bogavante con vinagreta de cítricos
Escalibada asada en chimenea, queso, hierbas frescas y crujiente de rábanos a la miel.
Bombones de foie al chocolate con moscatel
Calamar de anzuelo en wok con sésamo y apio.
Y los platos principales:
Tataki de buey kobe con wasabi
Fideuà de guisantes y parmesano
Finalizamos con un Surtido de postres: Platano frito con miel y tiramisú, Tarta de la abuela con crema de caramelo, tarta de manzana y Macarons.
Disfrutamos de la comida. A ritmo lento, sin prisas. Combinaciones de ingredientes acertadas. Guiños de modernidad sin perder la tradición. Nos cautivaron los sabores, también las texturas.
Volveremos seguro!