Buenos recuerdos

Local abierto desde 1980 y en las fallas del 81 fuí por primera vez a un restaurante que aportaba una cocina basada en Galicia y en Francia, porque estaba basada en los orígenes de sus dueños, y con una puesta en escena elegante muy por encima de los restaurantes de entonces (y de ahora) por la zona. Años, muchos años, después sigue manteniendo esa esencia y esa cocina aunque ahora más adaptada a poder competir con un menú del día y con productos más universales y elaboraciones más sencillas en general. Pero sigue siendo un placer ver a D. Eladio comentando por las mesas y a su hijo llevando la sala, una sala más vacía de lo que en justicia merece.

Visita con motivo de onomástica y como recordatorio de aquella primera visita hace ni más ni menos que 37 años. Sin cambios apreciables en la sala desde la última. Comida para dos basada en el menú (30 €) del día ("Menú Picadas") y un refuerzo:

Para beber agua Cabreiroa y en vino, descartado el cava y el blanco albariño, un  tinto por copas Bellaleira, un sencillo pero cumplidor Riberia Sacra y sin escatimar en la ración incluida en el precio del menú.

Para comer, con un cestillo de panecillos y rosquilletas delante, tomamos lo incljuido en el menú:

. por cortesía de la casa: un par de croquetas servidas en su cestillo, bien de sabor y textura.

. cecina de ternera (DO Leon) y tostas con tomate: muy bue producto, nada salado y buena textura y sabor. Amplia ración.

. montadito de sardina escabechada sobre patata: infrecuente mezcla de elementos con buen resultado final. Cuatro sardinas.

. taquito de bacalao frito y pimientos asados: cuatro piezas aunque con un bacalao muy mejorable; mejor los pimientos.

. merluza de pincho: en sustitución de lo previsto, entrecotte trinchado, unas buenas piezas de merluza bien de fuego, bien de sabor y textura con una salsa marinera con guisantes y patatas cocidas

. surtido de repostería: tres pequeñas porciones dulces: helado, tarta y fruta al vino. Cumplen bien.

Unos cafés finales notables y algún comentario más de recuerdos de los inicios en el barrio.

Los extras: un fino y un vermut blanco (Perucchi) de entrada y bien servidos en la mesa, más unos calamares rebozados muy buenos ya que en realidad es un calamar de playa rebozado y frito, al que acompañan un par de salsas: tártara y mahonesa.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Joan Thomas

    Muy bien, si viviese cerca lo visitaría. Uno de esos restaurantes con solera.
    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Bien dices, un clásico con solera que siempre merece la pena.
    Saludos

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar