Ha venido para quedarse

Muchas gracias a Verema por regalarme la participación en esta cata virtual. De nuevo, tuve problemas con la agencia de transporte. Parece que el Campus de Tarongers se encuentre en otra dimensión para las agencias de transportes. Lo mejor, es que el paquete, aunque tarde… por fin me llegó el martes a casa.

Botella de vidrio que recuerda a los vetustos recipientes de boticario.

Enebro que enamora. Hacía tiempo que no recordaba este aroma tan profundo y tan bien hecho. En segundo término se descubren aromas florales y especiados (sobretodo clavo y nuez moscada), algo de cáscara de naranja y parecen ¿membrillos?. Lo pongo en interrogante, porque me parece un tanto atípico, pero es un recuerdo como etéreo…

En boca es amarga con una leve tendencia ácida, seductora, y sin grandes complejidades que no por ello la hacen menos elegante.

Con Fever Tree Premium me gustó mucho. Ensamblaje perfecto con el amargor de la tónica. Para mi gusto, mejora con un chorritón de lima y un raspado en el borde, aunque los puristas del GT dirán que es un sacrilegio.

Admite un GT algo más cargado de lo normal, pues no se apodera de la tónica como otras Ginebras que bien “atufan” el vaso o lo etilizan completamente.

Se deja querer sola, sin tónica. Fría, a 5º con unas piedras de hielo… excelente.
No me gustó nada con Fever Light; demasiado empalagosa.

Lo que más me ha gustado el contenido y lo que menos, el continente, porque la etiqueta y el estilo de la botella en si incluso me ha recordado –con matizaciones- a las de litro de Baron Dandy. Eso si, el lacre, otro detallazo.