Indiscutible su bestial complejidad
Y por fin podemos echarle mano a este singular whisky, el afamado Blue Label de Johnnie Walker. Decir que lo habíamos probado en otra ocasión pero no se terció poder proceder con ninguna valoración. Es una vez más mi amigo Julio quien me invita en su propia casa a degustar esta joyita, lo cual le agradeceré eternamente. Metimos la botella en la nevera un ratito hasta que alcanzó los 11°C para su valoración. Servimos en vaso corto.
VISUAL: Bonito color dorado con tonalidades ambarinas y reflejos tanto cobrizos como verdosos. Brillante, limpio y de lágrima escasa, gruesa, lenta y densa (95).
OLFATIVA: De entrada encontramos aromas frutales que nos recuerdan al albaricoque y al níspero, con matices cítricos de naranja muy claros. Enseguida nos apabulla con todo un desfile aromático, especiados muy variados, vainilla, cardamomo, jengibre, pimienta blanca... También asoman notas de frutos secos exóticos, nueces del Brasil y anacardos, acompañadas por apuntes tostados que van cogiendo protagonismo poco a poco. Al rato descubrimos un recuerdo lácteo, como de mantequilla, así como sutiles atisbos de algas, yodo y turba. El fondo, ligeramente terciario, con presencia de chocolate negro, incienso, ahumados, tabaco habano y roble. Impresionante su nariz, qué bárbaro!! (96).
GUSTATIVA: Para esta fase nos preparamos un vaso de agua con hielo y antes de cada sorbo de nuestro whisky nos refrescamos las papilas con un traguito frío. Su ataque se nos antoja dulzón, amplio y untuoso, pero transmitiendo sensaciones de suavidad y equilibrio en todo momento. Paso por boca cremosito, con sabores amielados y con recuerdos de vainilla. Retronasal especiado, con la pimienta blanca y el jengibre presentes. Pero es en el post-gusto en donde nos abruma. Elegante, con cuerpo y a la vez muy delicado. Sabores intensos de avellanas tostadas, de miel de romero, con recuerdos salinos y yodados de fondo, algo de turba y bastante roble. Delicioso en boca, persistiendo dos minutos y 15 segundos. Sin ser mi tipo de whisky ideal (prefiero los ahumados de las Islay, más intensos), confieso que me ha gustado mucho, indiscutible su bestial complejidad (96).
La RCP pese a ser un gran whisky, la considero floja. Me parecen excesivos los 150 - 180 euros que vale.
MARIDAJE: Nos lo tomamos acompañando unos merengues de café y caramelo y una tarta de chocolate. Con ésta última encontramos un maridaje fantástico. Sabores achocolatados y de mantequilla en ambos lados, perfectamente armonizados. Por fin lo hemos probado, muchas gracias Julio uno vez más!!
Salud-os!!
_logo.jpg?1664550733 "Con los merengues y la tarta de chocolate"){kind=logo}